En su nuevo aniversario

Edgar Pesántez Torres

El académico de Historia Guillermo Segarra Iñiguez, en su obra Monografía elemental del cantón Sígsig, introduce el pensamiento del diplomático Alberto Muñoz Vernaza: “El más sólido fundamento del patriotismo de un pueblo, es el cabal conocimiento de su historia… Pueblo que no sabe de sus glorias, de sus reveces y sacrificios, de sus próceres, de sus tradiciones y hasta de sus leyendas es pueblo indiferente, incapaz de esos sacudimientos patrióticos que así impulsan el progreso nacional, como defienden la nacionalidad y sus prerrogativas contra cualquier agresión interna o externa…”

Acaban de celebrar sus efemérides: Cuenca por su fundación, Sígsig y Chordeleg por sus cantonizaciones, San Bartolomé y Ludo por sus parroquializaciones; todos con un acervo cultural. Para conocer su historia está la educación formal que se imparte en escuelas y colegios y la educación informal a través de la oralidad de personajes originarios, como aquella promovida por la Prefectura del Azuay y la Universidad de Cuenca, con su Cátedra Abierta.

Una tercera vía es el conocimiento lúdico a través del arte, particularmente de novela histórica. Mee ha sido gratificante haber leído El Tesoro del Barco, una interesante novela que me ofreció el amigo Eugenio Ramírez A., cuyo autor es Felix Andallanos, seudónimo de Fernando Vivar.

La obra, como el mismo Andallanos advierte, es una explosión fundamentada en otra ficción: la que narra el historiador… y sus ‘realidades’. La novela tiene una vasta documentación que refiere escenas y personajes de nuestros antepasados en una complejidad de situaciones y movimientos, personajes que influyen en unas circunstancias y condiciones únicas, determinadas por el tiempo, el espacio y por un desarrollo cultural singular.

Comienza con la captura de Atahualpa para luego ir narrando historias, tradiciones, cuentos, mitos y leyendas desde la época precolonial, colonial, poscolonial hasta la contemporánea, así sea en cápsulas. Para el decano cantón azuayo Sígsig, cuna de personajes como el Cacique Duma y don Carlos, tiene un alto valor, pues da cuenta del famoso tesoro escondido por Rumiñahui que se encontraría en este cantón. Según la novela, bien fundamentada, se lo delegó a Alonzo del Barco y Gavilán para la búsqueda, con un contingente de 56 expedicionarios entre españoles, curacas e indios.

El tesoro llamado Kinara, Llanganates o ‘Tesoro del Barco’ sigue siendo un misterio, no obstante, la obra da santos y señas que estaría en la región del Sígsig. ¡Una novela para repetir su lectura! (O)