¿Pugna de poderes?

Esencial a la democracia es la separación y autonomía de poderes. Las leyes son la esencia del funcionamiento social; en el absolutismo todo dependía del monarca y se decía que “ley es lo que manda el rey”. En la democracia las leyes las elaboran el poder legislativo, cuerpo colegiado elegido por el pueblo en el que hay integrantes de las diversas tendencias políticas y sociales. En el sistema presidencialista, se elige por separado al jefe de Estado, a cargo del ejecutivo y a los congresistas. Hay casos en los que el gobernante electo cuenta con una minoría en el congreso y otros una mayoría ¿Qué es preferible para el funcionamiento de un país?

En cada caso hay ventajas e inconvenientes. En nuestro país, durante una etapa del correato, el presidente tuvo mayoría en la asamblea. Tratándose de un político autoritario con alma de dictador, esta coincidencia fue negativa, ya que ”sus” legisladores, obedientes como las ovejas al pastor, cumplían sin chistar la voluntad dela mandatario. Los resultados están a la vista, un gobierno en el que, luego de terminar, un buen número de altos funcionarios, comenzando con el presidente y vicepresidente, están en la cárcel o fugitivos. En otros casos, esta mayoría congresil ha permitido una gestión armónica, evitando conflictos innecesarios.

El nuevo gobernante elegido, no tiene mayoría legislativa y, como debe ocurrir, se habla de llegar a acuerdos con legisladoras de otras organizaciones políticas para evitar un enfrentamiento de poderes. Lo ideal sería llegar a consensos, lo que implica que los que lo negocian, cedan parte de sus aspiraciones y proyectos, considerando que la armonía es mejor que la discordia permanente. Un consenso realista se alcanza cuando los intereses personales y grupales están por debajo del bien común alcanzable por los intereses colectivos. Esperamos éxito en estos acuerdos ya que un buen gobierno se logra cuando hay respeto entre mayorías y minorías.