Charles Baudelaire

María Eugenia Moscoso C.

Hace dos siglos, en abrilde 1821, justamente, se inicia su vida atormentada; su orfandad le indujo a crecer en rebeldía y a configurar aquello que aspiraba como su ideal, sus “paraísos artificiales”, consignados en su poesía, al punto de convertirse en “el poeta maldito”, como se lo conocería, desde entonces.

Desde su perspectiva de lo subjetivo y de lo individual, Charles Baudelaire inició el Simbolismo, luego de haber dado el salto desde el Romanticismo y el Parnasianismo. Sus poemas se inscriben dentro del sensualismo y la musicalidad y resalta fundamentalmente, aspectos místicos e intuitivos en la literatura.

El poeta simbolista incursiona en el alma humana, evade la realidad y asume un lenguaje expresivo e impreciso. El “yo” cobra una dimensión de elevación contrapuesta a la objetividad, de etapas precedentes. El Simbolismo se opone al Parnasianismo y al Realismo, dueños de la lógica y la razón. Recurre en su forma de expresión a enlaces sonoros y sensoriales; su atracción por lo formal y la búsqueda de la palabra precisa, unida a la musicalidad, le lleva al poeta a la percepción de las “correspondencias simbólicas” de los colores, olores y sonidos, que, alcanzan las imágenes sensoriales, configurando la vida del hombre moderno. El poeta establece esas “correspondencias” entre los opuestos, entre los extremos, entre las oposiciones.

“Así hay perfumes frescos cual mejilla de infantes,

Verdes como praderas, dulces como el oboe,

Y hay otros corrompidos, estridentes, triunfantes…” (Correspondencias) (O)