Emprendimiento o necesidad

Viviana Bernal Estrada

Podrían parecer términos afines sin embargo el primero no solo se impulsa por necesidad, también se promueve por el ingenio de alguien habilidoso.  Hace poco miré a un pequeño emprendedor, un hermoso niño de apenas siete años, por su apariencia no era citadino y sin duda no le importaba en lo más mínimo mientras caminaba vanidoso por una acera del centro histórico; su indumentaria de pandero lo hacían más atractivo, un delantal y un gorrito, blancos, limpios y muy pequeñitos; particularidad que atrajo la atención de quienes circulábamos por el lugar.

En sus pequeñas manos llevaba consigo una canasta típica de la localidad con apenas cuatro funditas que contenían pan calientito y fresquito, tal como él lo repetía.  Alcancé a comprar la última funda, no por hambre sino por querer ser parte de ese espectáculo, es que, si lo hubieran visto… un pequeño emprendedor sin titubeo alguno al ofrecer su producto.

No pude contener las ganas y en el camino di el primer mordisco. En verdad lo que él decía fue cierto, pan fresquito y calientito, pero más allá del pan fue la tierna sensación de que un niño o una niña siempre serán simpáticos y agraciados ante los ojos adultos, al menos de los que aún no somos indiferentes.  Luego de compartir la historia con mi familia llegamos a la más simple conclusión, aquel niño fue el personaje de esta historia casual que nos deja una gran lección y claro, un recuerdo que tocó el alma. (O)