Acompañado por su familia en todo momento, atendido por su esposa, Don. Guillermo Lasso Mendoza asumió este 24 de mayo, como presidente del Ecuador y estrenó el cargo con un mensaje claro y conciliador, de respeto y esperanza, lleno de expresiones que anuncian una nueva era: ¡No más persecución, no más culto al caudillo. No he venido a saciar el odio de pocos, he venido a saciar el hambre de muchos! Agradeció a los ecuatorianos por la oportunidad de servirlos.
En la tarde, los primeros decretos suscritos fueron el nombramiento de su gabinete; la vigencia del Código de Ética para el Gobierno; la derogatoria al Reglamento de la Ley de Comunicación; amnistía del historial crediticio para quienes deban menos de 1.000 dólares con lo cual saldrán de la central de riesgo, 1,7 millones de ecuatorianos y el inicio del plan ambicioso de vacunación con 90.000 dosis por día, para inmunizar a 9 millones de connacionales.
Ciertamente, la esperanza renace para los ecuatorianos, que anhela salir de la aguda crisis económica y social en que está sumida, luego de diez años de Correísmo y cuatro años de Morenismo. Sus propuestas se resumen en tres ejes: social, económico e institucional y sus objetivos generales son: establecer plena democracia, promover una economía liberal; la creación de un millón de puestos de trabajo, educación, trabajo e inversión productiva. Se implementará la telemedicina y eliminación progresiva de impuestos a los que califica como regresivos entre otras estrategias para revertir la recesión.
El gobierno en funciones hereda un país esquilmado por la corrupción y la descomposición moral, siendo su tarea gigantesca, la necesidad de una acción gubernamental responsable y honrada, privilegiando el interés de las mayorías. A los ciudadanos nos corresponde contribuir decididamente para mejorar el país en el lugar que nos encontremos, cumplir nuestros deberes, nuestras responsabilidades de la mejor forma, con verdadero amor al país. (O)
