Un barrio con conflictos

Andrés Martínez Moscoso @andresmartmos

Ecuador inauguró un nuevo período presidencial, a cargo de Guillermo Lasso Mendoza (2021-2025), quien tendrá la dura tarea de levantar al país de una de las peores crisis económicas, sociales y sanitarias, sin contar con el apoyo mayoritario del legislativo, cuya composición es de tipo fragmentada.

En este sentido, las repercusiones políticas no solo se deben medir casa adentro, sino es fundamental mirar cuáles son los cambios que puede vivir la costa del Pacífico Sur en los próximos 12 meses:

Perú definirá el 6 de junio a su nuevo mandatario, de entre el izquierdista Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori, quienes llegan al balotaje con un empate técnico, y con posturas extremas que sin duda pueden repercutir a nivel geoestratégico en el Ecuador.

Por su parte, más al sur, en noviembre, Chile definirá al próximo responsable que regirá el Palacio de la Moneda, en un escenario atípico, dentro del cual las fuerzas políticas tradicionales y que tuvieron gran influencia durante la transición llegan desgastadas, luego de unas elecciones de convencionales constituyentes, en los cuales se privilegió a caras nuevas ligadas a grupos independientes, no obstante, donde los movimientos de izquierda tienen un respaldo mayoritario, y que han sabido captar sobre todo el malestar derivado del estallido social de 2019.

Y, por último, en exactamente un año (mayo de 2022), Colombia tendrá un nuevo inquilino en la Casa de Nariño, el cual deberá hacerse cargo de la difícil situación que atraviesa el país, desde problemas económicos, incumplimientos en la puesta en marcha de los acuerdos alcanzados para la paz, así como un aumento de la crispación social y violencia en las calles.

Hasta el momento, existen ya algunos nombres que podrían encabezar las papeletas en Colombia, no obstante, la intención de voto dependerá de la habilidad que tenga el gobierno de Duque para brindar soluciones, así como del apoyo que siga teniendo o no el “Comité Nacional del Paro”.

Todo muestra que el primer año del gobierno de Lasso Mendoza será un reto en todo sentido, sin embargo, es claro que a nivel de la región sus socios ideológicos no atraviesan precisamente el mejor de los momentos, por lo que dependerá exclusivamente de su gestión individual y del cumplimiento de su plan de gobierno para despuntar entre los países del Pacífico Sur. (O)