La vida se caracteriza por un proceso temporal en el que tiene lugar el crecimiento biológico del organismo. En los seres humanos, debido al peso que la capacidad de razonar y tomar decisiones, hay también un crecimiento psicológico y de vinculación con los entornos humanos mediante el aprendizaje que se inicia desde que se deja el vientre materno. Para mejorarlo, se ha desarrollado en el mundo la educación formal con asistencia a centros dedicados a este propósito. Es posible la auto educación, pero los efectos de la colectiva y presencial son mucho mayores ya que enriquecen las relaciones interpersonales y la vinculación a la colectividad.
El desarrollo de la informática y su amplia difusión ha facilitado con intensidad la intercomunicación a distancia, lo que ha permitido superar problemas como el de la pandemia mundial que vivimos, al posibilitar que por estos medios se mantengan los procesos educativos formales. Es una solución que en alguna medida ha funcionado, pero creemos que la presencial intensifica la formación integral. No se trata solo de recibir las clases en aulas, sino de un enriquecimiento del aprendizaje que proviene de la intercomunicación directa con sus aportes positivos, ya que vivir en sociedad es ineludible a nuestra condición por el enriquecimiento que conllevan las funciones afectivas.
Además de los conocimientos formales do los distintos niveles educativos, luego de los años, como recuerdos, sobresalen las amistades forjadas, que a veces se prolongan de por vida, los halagos del compañerismo, las reuniones extraescolares. Función esencial de la educación es forjar la intercomunicación entre estudiantes que, al margen de las clases teóricas, desarrollan nuestra capacidad de intercambio y coexistencias imprescindible en muchos aspectos de la vida al integrarnos al mundo que nos ha tocado vivir, con sus halagos y sus problemas, lo que no se da en la educación a distancia.
