Entre otras linduras de los últimos años se encuentra la construcción del edificio para la Sede de la Unasur cerca de Quito, en la mitad del mundo. Si, sí, es el mismo edificio que en la zona delantera tenía una estatua del ciudadano argentino Néstor Kirchner, en una rarísima pose “de carrera”, o que podría también ser de “donde está el baño”, y que dicen las malas lenguas, que el emplazamiento de la misma, se dio gracias a un no disimulado palanqueo de su viuda.
Pues este edificio, que costó la friolera de 43 millones de dólares, y que fue inaugurado con bombos y platillos por los presidentes “unasureños”, como si se tratara de una reunión de millonarios jeques árabes, hoy se encuentra en el más completo abandono, con los musgos, las malas hierbas, las cuarteaduras y la humedad, como testigos mudos del despilfarro vergonzoso que significo esta edificación, y lo peor, por parte de países atravesando penurias económicas y con una serie de necesidades reales y no satisfechas. No hay duda, para mantenerse en la pobreza, no solamente tiene que faltar el dinero sino, el que hay, administrarlo pesimamente. No sería mala idea rematar el monumento a Kirchner entre los gobiernos socialistas de Latinoamérica, de pronto sale por ahí otro “botarate” y del lobo, aunque sea un pelo.
Y a propósito de presidentes socialistas, este Daniel Ortega sí que no se anda por las ramas. En otra de sus actitudes dictatoriales y violatoria de los derechos humanos, ha hecho que un juez ordene prisión domiciliaria contra la ciudadana Cristiana Chamorro, hija de la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro y, cáiganse muertos, ¡la candidata opositora más fuerte para enfrentar a Ortega en las próximas elecciones presidenciales en Nicaragua! Entonces, este tiranuelo caribeño, que ha violado la constitución para continuar reeligiéndose como presidente y que es un contumaz violador de derechos humanos, ante el hecho real de una fuerte candidatura opositora, ordena el apresamiento de la señora Chamorro y, obviamente, el plan completo será sacarla de la contienda electoral definitivamente. “Entontecidos por el poder”. (O)
