En su visita a Cuenca, el vicepresidente se encontró con falta de medicinas y dijo que «la salud está enferma»

Alfredo Borrero, vicepresidente del Ecuador, ayer visitó el hospital “José Carrasco Arteaga”, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Diana León es paciente oncológica y el pasado lunes debía ir a quimioterapia, pero no lo pudo hacer pues la medicina que necesita (Rituximab) se agotó en el hospital “José Carrasco Arteaga”, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en Cuenca.

Ayer en la mañana, mientras ella preguntaba por el medicamento en la ventanilla de la farmacia, llegó Alfredo Borrero, vicepresidente del Ecuador, para visitar esta casa de salud.

León, de 42 años, habló con él y le contó que necesita este fármaco, pues de esto depende inclusive su vida. Le pidió que se atienda de manera oportuna a quienes padecen de enfermedades catastróficas.

Borrero la escuchó y solicitó explicaciones a los representantes de este centro hospitalario, el más grande del Austro. Ofrecieron que en esta semana o a más tardar la próxima llegará la medicina.

Fármaco inaccesible

Víctor Bermeo, padre de uno de los niños que utiliza la medicina Somatropina, de Merck, en Cuenca, conformará una agrupación para pedir al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) la provisión de este fármaco.

Y es que desde el primer trimestre de este año ya no reciben este medicamento y tienen que comprarlo afuera, a un precio que está entre los 250 y 300 dólares, por lo que es inaccesible para algunos.

La Somatropina es una hormona de crecimiento que es producida por la glándula pituitaria que se encuentra en el cerebro. Sirve para aumentar la estatura y la masa muscular; reducir la grasa corporal; y controlar el metabolismo del cuerpo.

Para algunos niños de este fármaco depende su futuro cuando sean adultos. Se administra en inyecciones. Si el tratamiento inicia a una temprana edad tiene más probabilidades de éxito.

Vacunación

El vicepresidente también estuvo en el hospital De La Mujer y el Niño, del Municipio de Cuenca; y en el centro de vacunación contra la COVID-19 que está en la unidad educativa Manuela Garaicoa. Allí vacunó a algunas personas.

Antes del recorrido, Borrero señaló que a nivel del país “la salud está enferma” y reveló que faltan insumos y equipos. Se comprometió a combatir y evitar actos de corrupción en este sector.

Asimismo, anunció que están en negociación de dos tipos de vacunas más para la COVID-19: una, que se llama CanSino, que es de la República de China, y que tiene como una de las principales ventajas que es de una sola dosis.

También está en la lista la Sputnik V., que es de Rusia, y que ya tiene la autorización de la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria de Ecuador (ARCSA) para que ingrese al país.

“Este momento estamos alrededor de dos millones de vacunados… Lo importante es que el proceso de vacunación no ha tenido el tropiezo que ha tenido anteriormente…”, manifestó.

Y agregó: “vamos a cumplir la palabra del presidente del Ecuador (Guillermo Lasso), vamos a vacunar en 100 días a 9.000.000 de ecuatorianos por lo menos…”.

Posesión

En su visita a Cuenca, Borrero posesionó a Fausto Idrovo, como nuevo coordinador del Ministerio de Salud Pública (MSP) en la zona, que comprende las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago.

Estuvo con un fuerte contingente de seguridad a cargo de miembros de la Policía Nacional y de elementos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de las Fuerzas Armadas (FF.AA).

Lo acompañaron en el recorrido Esteban Bernal, gobernador del Azuay, algunos médicos y otras autoridades del Ejecutivo de esta jurisdicción. (I)