El inicio del gobierno

Análisis político Marco Salamea Córdova

Los primeros días de la gestión del Gobierno presidido por Guillermo Lasso están marcados por una dinámica en la cual se han emitido algunas señales, que pueden resultar positivas para su gobernabilidad en el plazo inmediato.

Una de esas señales, en el ámbito se su gestión específicamente política, ha sido el diálogo que ha tenido con organizaciones sociales; especialmente con aquellas que han venido cuestionando el incremento del precio de los combustibles, como los gremios de los transportistas y los indígenas evangélicos. Habría que esperar que esa misma política de diálogo se abra con aquellas organizaciones que tradicionalmente han sido protagonistas en protestas sociales, contra diversos Gobiernos, como la CONAIE, el FUT, la UNE, organización esta última que, además, tiene como una de sus demandas urgentes la aplicación de la recientemente aprobada reforma a la Ley de Educación.

Estos diálogos de poco servirían si es que, en el ámbito de la gestión económica, el Gobierno tuviera la intención de tomar medidas que afecten a los sectores sociales medios y populares. Sin embargo, las recientes declaraciones del Ministro de Economía, anunciando los ejes de la política económica oficial, dan cuenta de que por lo menos en lo próximos meses no habría ningún “paquetazo económico”, sino que más vale se priorizaría una mayor contribución tributaria por parte de sectores “pudientes”, una renegociación de los acuerdos con el FMI, nuevos endeudamientos y una reducción del gasto estatal, a partir de una reducción de los gastos superfluos y del combate a la corrupción.

En la gestión social el Gobierno ha ratificado que cumplirá su promesa de vacunar a 9 millones en los primeros 100 días, así como la oferta de combatir la desnutrición infantil y el hambre de 300 mil familias; están pendientes otros anuncios, especialmente sobre la forma en que se cumplirán con otras importantes ofertas realizadas por Lasso en los campos económico y social.

Como medidas que han generado cuestionamientos están la designación, para algunos altos cargos del Gobierno, a ex altos funcionarios del morenismo; y, la designación para presidir el IESS a una persona que habría sido despedida de esta institución, hace años, por un manejo irregular de sus recursos. (O)