Ecuador y su arriesgada apuesta por volver al trabajo pese a la pandemia

Un hombre recorre las calles mientras vende sus productos en Quito (Ecuador). EFE/ José Jácome/Archivo

El Gobierno de Ecuador ha llamado a retomar progresivamente el trabajo presencial, en una apuesta que desafía a la pandemia de la covid-19, que aún mantiene altos niveles de contagio y un retraso en el plan de vacunación de la población.

El presidente Guillermo Lasso, quien asumió el poder el pasado 24 de mayo y heredó un polémico programa de vacunación de su antecesor, Lenín Moreno, ha llamado a los ecuatorianos a volver al trabajo el próximo 1 de julio, aunque de forma progresiva y bajo normas de bioseguridad estrictas.

Esa medida, esperada por muchos, también ha generado un duro debate en el país, sobre todo en redes sociales, donde se discute entre la recuperación económica y la situación aún dura de la pandemia.

El ritmo de la vacunación ha mejorado con el nuevo Gobierno y las proyecciones epidemiológicas alientan un alivio en el agobiado sistema sanitario, lo que abre las puertas a propuestas como la vuelta al trabajo.

Esa estrategia, no obstante, debe ser bien aplicada para evitar que el contagio gane terreno y ponga en riesgo la recuperación de la economía, el objetivo final de la medida.

El RETORNO AL TRABAJO DEBE SER PAULATINO Y LENTO

Lo que se ha hecho es «una apuesta» en la que, si no se juegan bien las bazas, la partida podría ponerse cuesta arriba, opinó la experta epidemióloga Catalina Yépez, una exconsejera de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien sugiere organizar la vuelta al trabajo «lentamente».

El regreso al trabajo debe ser «paulatino» y en «consenso entre empleadores y empleados», con un «monitoreo sanitario» y con protocolos que minimicen los riegos de contagio, sugirió.

Para ella, se debe mantener la obligatoriedad del uso de mascarillas, así como adecuar las empresas para que los trabajadores mantengan la distancia física y dispongan de sistemas de aireación que impidan el «efecto aerosol», una de las principales formas de contagio en espacios cerrados.

Además, se debería regresar al trabajo «manteniendo el ritmo de vacunación» y con una buena comunicación del Estado hacia la población para seguir con «la guardia el alto», añadió la experta.

Si no se consideran todos esos factores como una unidad integral, la apuesta «podría tener un costo muy alto», alertó.

Recordó el caso de Chile, que recientemente volvió a periodos de cuarentena, pese a que es el país de Latinoamérica con un mayor avance en el proceso de vacunación.

EL CONTAGIO COMUNITARIO DEL CORONAVIRUS CONTINUA

Probablemente, la apuesta del Gobierno para retomar el trabajo presencial, después de diecisiete meses de pandemia, obedece a que los niveles de vacunación han aliviado la presión en los hospitales, sobre todo en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), saturadas por mucho tiempo.

«Esto, lo único que nos dice, es que la virulencia de una de las variantes de covid, no es tan alta para producir casos graves o defunciones», pero eso podría cambiar como ha ocurrido en otros países, advirtió Yépez.

Y es que «el contagio comunitario del virus continúa. El virus no se ha ido y no se va a ir» por un buen tiempo, probablemente hasta el próximo año, cuando la mayoría del planeta alcance niveles de inmunización de más del 70 por ciento, agregó la especialista.

Además, Latinoamérica está «retrasada» en los proceso anticovid y muy lejos de países como Francia e Israel, que ya hablan de no usar mascarillas en determinados espacios abiertos.

Por ello, en la región no se podrían atenuar las medidas de bioseguridad con los niveles de vacunación actuales, ya que las aplicaciones en algunos países latinoamericanos no llegan al 25 por ciento de las poblaciones objetivo.

EL OBJETIVO ES ALCANZAR LA INMUNIDAD DE REBAÑO

Para alcanzar la «inmunidad de rebaño», aconsejada para proyectar la vuelta a la normalidad, se requiere de al menos el 70 por ciento de la población inmunizada, según la OPS.

Desde el pasado 21 de enero, cuando empezó el plan de vacunación, Ecuador ha recibido 4.811.469 dosis de vacunas anticovid de las farmacéutica estadounidense Pfizer, la china Sinovac y la británica AstraZeneca.

Ello supone una cuarta parte de las 18 millones de dosis que se habían planificado adquirir para inmunizar al 60 por ciento de la población, en la proyección para alcanzar una «inmunidad de rebaño» que permita la vuelta a la normalidad.

Y pese al avance en el proceso de vacunación, el contagio continúa al alza en el país.

Según el reporte oficial, Ecuador registró este viernes un aumento de 2.054 casos de contagio por covid-19 en un día, y su cifra acumulada en la pandemia ascendió a 444.395 positivos. EFE