Un freno al triunfalismo

Roberto Vivar Reinoso

OPINIÓN | Un vendaval de triunfalismo sopló la derecha sobre el continente, impulsado por el viraje del ecuatoriano Lenin Moreno hacia esta orientación ideológico-gubernamental, Jair Bolsonaro en Brasil, el argentino Mauricio Macri, Iván Duque en Colombia, Sebastián Piñera de Chile, Jeanine Añez en Bolivia, los cuatro mandatarios que Perú tiene hasta el momento.

Buscaron eliminar al socialismo del siglo veintiuno, encarnado por el brasileño Lula da Silva, preso durante doce años y reivindicado actualmente; el ecuatoriano Rafael Correa aún con sentencia condenatoria; en Venezuela Nicolás Maduro. Contra él mostraron el mayor ensañamiento mediante sanciones, reconociendo al gobierno paralelo de Juan Guaidó; unieron fuerzas en el “grupo de Lima” ahora debilitado, pero entonces poderoso bajo la presión de Estados Unidos, que además buscaba recuperar su influencia en la región, absorbida por Rusia y China. Piñera y Duque llevaron la batuta, mientras hervía el descontento social al interior de sus pueblos, que explotó violentamente poco después.

Con los gobiernos actuales, incluyendo México, Nicaragua y El Salvador, el triunfalismo neoliberal retrocede, aún más si Pedro Castillo confirma su victoria electoral en el vecino del sur.

Frente a este panorama continental, en nuestro país deben moderarse ciertos sectores afines a Lasso y los aliados, entre los cuales observo demasiada euforia por su ascenso a Carondelet y la frágil mayoría parlamentaria. Prometen cambiar todo, pero empiezan por cargar el peso de la crisis sobre los más débiles: precarización laboral, alianzas público-privadas para concesionar bienes fiscales, rebajarán aranceles a las importaciones y permitirán salir divisas sin gravámenes; pero no tocan los intereses bancarios ni graban fortunas, como ofrecieron en campaña. (O)