La insuperable crueldad humana

Édgar Plaza Alvarado

El hombre es el lobo del hombre, se dice sin razón ya que, por ser animal, con mucha razón es noble. Ninguna especie mata por deleitarse; lo hacen por hambre, defender su cría o marcar su territorio. El humano lo hace por rencor, placer o venganza.

Su crueldad es eterna. En el libro santo del jesucristianismo se anota que Caín mató a Abel, su hermano, y aunque sólo sea simbólico, grafica el hecho atroz de la especie humana decadente. Atila, rey de los hunos, hace 1500 años, arrasó ciudades y mató todo ser, no por algo se lo ha motejado como El azote de Dios. A él le siguen otros como Gengis Kan y emperadores asiáticos y europeos que llenaron los cementerios con infinidad de cadáveres tal cual epidemias indetenibles.

En nuestro continente los aztecas sacaban el corazón de sus vencidos y los ofrecían a la multitud. Atahualpa fue un masacrador y cruel que intentó avasallar con la raza cañari a tal punto que los obligó a desperdigarse por el sur hasta llegar al noroeste de lo que es hoy Argentina. Luego vendrían los españoles a acabar con lo que quedaba de los autóctonos de estas tierras y posteriormente Simón Bolívar se ensañaría con ellos, tanto en Colombia como en Venezuela (ni los lisiados se salvaron de su barbarie a quienes mató destruyéndoles el cráneo a pedradas).

En el último siglo la atrocidad llegó al máximo con dos guerras que involucró a todo el mundo. Mussolini, Hitler, Stalin, Castro, Pinochet, Videla, Maduro, de regímenes absolutistas, y de “demócratas” como Franklin Roosevelt, Winston Churchill, entre otros, continuaron con la “costumbre” de desaparecer pueblos completos.

 Ahora el salvajismo se extiende a los animales también. En España untan a los perros con brea y los pegan a las vías; la agonía es espantosa. En Asia, a los osos, les quitan uñas y colmillos, los atan y exponen a animales hambrientos; sin posibilidad de defensa, sucumbe desgarrado.

Pocos ejemplos de lo que hace la raza “inteligente” de la cual nos avergonzamos y repudiamos. (O)