¿Menos Estado, menos gasto público?

Bladimir Proaño

Es una receta que va más allá de La comodidad de una ideología, como lo tituló un reconocido economista a su artículo de opinión, sí es cierto que muchos ecuatorianos cuestionan la política de los últimos 14 años de “más Estado y más gasto público”, y sin mayores reflexiones, afirman que esta receta llevó al país a “la peor crisis…”, cuando lo que hemos podido validar es que este calificativo para nuestra economía no es tal.

La evolución del PIB de los últimos 20 años, un Zoom a los sectores económicos y una revisión de la composición de ingresos de la población, nos llevarían a otras conclusiones. Lo que si es cierto es que el crecimiento de la economía a través de lo público se detuvo. Hasta 2019, del total de la inversión en activos de la economía, el 31,5 % correspondió a inversión estatal y 68.5% a la privada. Esa inversión pública que promovió el crecimiento de la economía (% PIB positivo), al menos hasta 2019, excepto 2016, se financió con deuda pública. Si ahora se espera que el peso de esta inversión se reduzca y repunte la privada, se financiará está con recursos propios de los dueños de las empresas, o acudirán a la deuda. El endeudamiento es bueno cuando se utiliza para financiar proyectos rentables. Si el Estado quiere recuperar su protagonismo en el crecimiento de la economía lo puede hacer con deuda, si sigue la regla básica de efectuar inversiones sustentables en sectores estratégicos y con criterios de rentabilidad económica y social.

Hasta donde es sostenible una política de menos Estado y menos gasto público si cuando lo que la sociedad está demandando es que los servicios de salud, educación, seguridad, carreteras, etc. mejoren, y para sostener estos activos se requiere de un mayor gasto público pero con una participación eficiente del Estado, por lo que no debemos dar paso ni a privatizaciones (menos Estado) ni concesiones, sino conseguir la aceptación de la  población (el Ecuador del encuentro) para pagar por estos servicios, fijando precios públicos (aquel precio que cubra el costo medio de prestar dicho servicio y que por lo tanto carece de fines lucrativos) pero no precios políticos. (O)