Situando al comunismo en su lugar

CON SABOR A MORALEJA Bridget Gibbs Andrade

En el 2017, para el Parlamento Europeo, Cuba era considerada una “democracia de partido único”. En el 2021, finalmente, la Unión Europea tomó una decisión histórica clasificando a Cuba como una dictadura donde las misiones médicas enviadas a distintas partes del mundo son catalogadas como trata de personas y violaciones a los derechos humanos. Con esta resolución, ningún país democrático obviará ser juzgado como cómplice de confirmarse su participación en el plan que impulsó la dictadura con sus médicos.

Los galenos eran obligados a viajar bajo la amenaza de que si escapaban, sus familiares en Cuba sufrirían represalias. Eran explotados laboralmente. Trabajaban durante largas horas, incluido los fines de semana. Hubo casos, como los ocurridos en Venezuela, donde algunos médicos se suicidaron. En la actualidad, existen alrededor de diez mil médicos cubanos que fueron separados a la fuerza de sus hijos, de un día para el otro, en períodos que van entre 8 y 10 años. En el 2018, la dictadura recaudó 6.300 millones de dólares gracias a la explotación de sus médicos.

Los gobernadores de Arizona y de la Florida firmaron una ley que obligará a los estudiantes de secundaria a aprender sobre lo nefasto del comunismo, pudiendo debatir y decidir por sí mismos liberándose del fraude y del cinismo de los voceros de esta doctrina. Además, se incluirán historias de personas que han huido del comunismo, las mismas que expondrán en las aulas sus experiencias. Este proyecto podría replicarse incluso en otros países, como el nuestro. Durante años, la llamada izquierda se ha introducido en los sistemas educativos democráticos inoculando la creencia de que el capitalismo es una enfermedad que sólo el comunismo puede subsanar. Sin embargo, jamás han explicado cómo tantas personas arriesgan sus vidas huyendo de estos regímenes coercitivos, mientras es común que sus jerarcas terminen retirándose a vivir en países occidentales capitalistas en lugar de permanecer en sus terruños comunistas. Un paralelismo con lo que ocurre con las lacras del correato que “aman y defienden” el socialismo, sin embargo, se fugan a países capitalistas a vivir de lo robado.

Es nuestro deber como ciudadanos del mundo exponer continuamente a los sistemas totalitarios, para que la historia, jamás se vuelva a repetir. (O)