Big problem

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

La escandalosa estructura ilegal de captación de dinero que opera en Quevedo con el ofrecimiento de pagar al noventa por ciento de interés en ocho días bajo la simpática denominación de Big Money, en realidad es un big problem (gran problema).

Veamos. El Ecuador ha vivido repetidos hechos de defraudación a la población, en todos los niveles y sentidos, en la lista: la corrupción histórica desde el aparato estatal, la quiebra del sistema financiero, la creatividad del notario Cabrera, las ofertas navideñas de almacén que -dos días antes- subió el precio para mostrar un mega descuento, las llamadas interminables al celular que indican la ganancia de un crucero y pasajes, las invitaciones a recibir un crédito por buena reputación con el banco y el discurso del populista que ofrece 1000 dólares para ganar la presidencia.

Es decir, la defraudación ha sido una constante en la vida republicana del país, pero la misma no únicamente -como siempre se quiere ver- proviene del aparato estatal o del político y del gobernante que se burla de sus mandantes. También surge de la construcción de sistemas y procesos desarrollados por privados para defraudar a privados. Existe un permanente práctica engañosa y fraudulenta que encuentra tierra fértil y en donde la población pese a la histórica burla en su contra, parece no haber aprendido. Además, se presenta una ausencia de educación básica y común sobre economía de hogar, finanzas del país, democracia y respeto a la ley.   Ha sido una costumbre por estar al margen y encubrir lo irregular.

La comprensión de un Estado democrático y afinado con el respeto a las normas previas y vigentes, demanda de una sociedad convencida de su sentido y razón, de su dignidad. Los órganos de control nos han fallado. Se han quedado en el banquete de las mesas burocráticas, los informes y el “lenguaje para adultos” (en la materia) olvidando el rol protagónico con la gente, con la sociedad, con la información y educación por un progreso no de Don Naza y sus amigos, sino de toda la Nación. (O)