Thomas y la capa de ozono

Bridget Gibbs Andrade

OPINIÓN | Quizá su nombre no les suene, pero Thomas Midgley  Jr. impactó negativamente al planeta más que cualquier otro organismo vivo. Era un ingeniero que trabajaba en los laboratorios de investigación de la General Motors. En 1916, dirigía un proyecto para mejorar la combustión de gasolina en la naciente industria automotriz que promocionaba el uso del automóvil más que el de los caballos.

Thomas decidió usar el tetraetilo de plomo como un aditivo para la gasolina. Siendo esta sustancia muy tóxica para los trabajadores de la planta, surgieron rumores, pero para la industria resultaba muy caro usar otro elemento químico, y muy pronto se olvidaron del asunto. Para eludir el rechazo público, evitaban usar la palabra “plomo” y la sustituyeron por “ethyl”. A un año del lanzamiento del combustible, el 80% de los trabajadores de la planta habían muerto o estaban enfermos. Thomas convocó a una rueda de prensa para demostrar que las muertes eran culpa del descuido de los obreros: se roció las manos con combustible y aspiró durante un minuto el olor que emanaba. Días después viajó para recuperarse de su salud, pues, con anterioridad, él también había sufrido un envenenamiento por plomo.

Años más tarde se empezó a sospechar que el plomo era el causante de muchas enfermedades, del daño ambiental y, por supuesto, del agujero de la capa de ozono. Pero esto se pone peor. Thomas buscó sustitutos del caucho y fabricó productos con sus derivados artificiales como el poliestireno que actualmente se prohíbe por ser altamente contaminante, liberando sustancias que dañan la capa de ozono. Tras escuchar que las fugas de gas de los frigoríficos causaban varios males, creó un gas al que llamó “Freón 12” que era inofensivo para los humanos, pero agredía la capa de ozono, así como los otros compuestos químicos que descubrió y que fueron usados por la sociedad química americana para crear miles de productos en aerosoles.

A los 51 años contrajo polio. Aun así, su espíritu inventor no claudicó. Como le costaba incorporarse de la cama, fabricó un sistema de poleas que lo ayudara a levantarse fácilmente. Por primera vez en su vida creaba algo que no dañara el medio ambiente. Tristemente, su invento no funcionó bien y lo ahorcó causándole la muerte, dejando en paz, de una vez por todas, a la maltratada capa de ozono. (O)