Presencial o teleducación

Roberto Vivar Reinoso

En Sierra y Oriente comenzaron las vacaciones escolares. Nadie quedó para exámenes supletorios ni perdió el año, lo cual posibilita a los estudiantes gozar su descanso sin el repaso de materias, aunque signifique un bajón más en el proceso formativo. Asimismo las familias pueden despreocuparse por eso, pues frecuentemente era necesario nivelar conocimientos contratando profesores extras. 

Eso sí deben procurar que los chicos ocupen positivamente el tiempo libre, y preparar el próximo ciclo lectivo, que además de lo social y económico, implica decidir sobre lo presencial o la teleducación predominante hasta el momento. 

Las experiencias negativas suscitadas durante los dieciocho meses de pandemia, presionan hacia la primera opción. Según la UNICEF Ecuador retrocedió doce puntos en calidad educativa. Porque únicamente el 37% de hogares tiene conexión a internet, bajando al 16% la conectividad en las áreas rurales. Además dejaron de estudiar noventa mil niños y jóvenes, mientras aumentó la violencia hogareña. Por otra parte se retoma el bachillerato especializado, reemplazando al que tenía carácter general, lo cual supone presencia para asignaturas experimentales como química y biología. 

Frente a esto sin embargo persiste la sicosis contigua en el terror provocada por el Covid-19, obligando a que muchos prefieran continuar las clases en línea. O al menos que existen todas las medidas de bioseguridad para sus hijos, que no puede brindar la mayoría de planteles, incluyendo la vacunación masiva que tampoco garantiza el Estado. 

Pertenezco a la generación de postguerra y conozco sus nefastas consecuencias, comparables a las que el mundo vive actualmente en todos los campos de la actividad humana. Las superamos empero como espero lo hagan ahora particularmente en la crucial tarea educativa.  (O)