Aunque en muchos bares se agrega jugo de lima o limón, la receta tradicional del “Cuba libre”, integra ron blanco y soda sabor a cola, y su nombre fue adoptado en la isla por los soldados estadounidenses luego de la guerra de independencia de España.
No obstante, la Cuba libre de este artículo, no se refiere al cóctel, sino a los últimos acontecimientos protagonizados en La Habana y otras ciudades, donde un importante grupo de ciudadanos salieron a las calles a protestar contra el régimen cubano de Miguel Díaz-Canel, quien mantiene el ideario de la dinastía Castro.
Las protestas pacíficas son espontáneas, y solo tienen como precedente manifestaciones similares vividas en la década de los noventa del siglo pasado (“el maleconazo”) y que fue el inicio de la crisis de los balseros.
Los indignados manifestantes tienen como lema “patria y vida” (opuesto al “patria o muerte”, tradicional de Fidel Castro”), y es que uno de sus mayores reclamos es el desabastecimiento de víveres, medicinas y vacunación frente al COVID-19, sin embargo, el presidente Díaz Canel frente a estas críticas ha culpado de este particular al embargo que Estados Unidos tiene contra la isla.
Sin embargo, hasta el momento no solo son ya graves los abusos policiales y las detenciones, sino
que a esto se suma la provocación del presidente a los miembros del partido y a los “revolucionarios” para que salgan a las calles a repeler las protestas y “combatir”.
El descontento popular es evidente, y el discurso de la protesta se centra en mayor libertad, mejores condiciones sanitarias (Cuba se encuentra en uno de los peores momentos de la pandemia), así como en la calidad de los servicios públicos (energía eléctrica y acceso a alimentos).
Si bien los reclamos forman parte de una lista de necesidades insatisfechas que todo Estados Social de Derecho en el siglo XXI debería cumplir, en el caso cubano generan expectativas acerca de si el episodio de este domingo marca el inicio del cambio, o en su defecto, se trata de problemas propios derivados de la pandemia que serán rápidamente repelidas por el régimen de Díaz Canel. (O)
