El Alcalde de las manos verdes

Alberto Ordóñez Ortiz

Muchos se preguntarán cual la razón para que este artículo tenga el inusual título que tiene. ¿Cómo Así? Posiblemente habrá quienes digan que se trata de un ex-abrupto. Otros se quedarán emparamados. En fin, en la Viña del Señor hay de todo. Pero, también debemos reconocer que en este mundo nada es casual y que todo tiene un motivo. Si ponemos las cosas en perspectiva, nos encontraremos con que, desde una visión analógica, cuando alguien mata, se suele decir: –y no sin razón- que tiene las manos manchadas de sangre.

Entonces, si alguien comete un crimen contra la naturaleza, la analogía es perfecta, y, por tanto decir al autor del burdo desafuero que tiene las manos manchadas de verde, cobra cabal sentido, pues que se entintó las manos con el color glauco de la savia –la verdadera sangre de las plantas y árboles- y más, si la derramó pese al unánime coro de protestas de quienes defendemos la naturaleza a ultranza, al punto que en su día rechazamos la explotación minera de nuestro Cajas, declarado por las Naciones Unidas como Patrimonio de la Biósfera.

Frente al parque lineal de la avenida “Primero de Mayo” se ha instalado toda una estructura criminal –tractores y un arsenal de armas destinadas a matar al verde. A su conjuro han caído árboles, centenarios algunos, y han alejado a miles de aves que, con sus melodías sobre sus ramas, nos inundaban con su luz. Decir entonces que el Alcalde marcha hacia el olvido y con las manos manchadas de verde, es decir una verdad que ocurrirá inevitablemente, porque como dijo el poeta maya Humberto AK: “De vez en cuando /camino al revés: /es mi modo de recordar. /Si caminara sólo hacia delante, (el burgomaestre persiste en no regresar a mirar sus errores) /te podría contar cómo es el olvido”, que es, precisamente lo que le espera al alcalde de las manos verdes. (O)