El médico humanista

Eduardo Sánchez Sánchez

Pretendo escribir, sobre aquel personaje con maletín en mano, formación humana y lleno de amor por su nobilísima profesión, que acude a donde está el enfermo y a la hora que le soliciten.

El humanismo como forma de vida, valora al ser humano que por inteligencia ha creado ciencias en base a experimentar, indagar e ingresar en desconocidos mundos a cualquier costo con el ánimo de dominar a la naturaleza y vencer al dolor e innúmeras ocasiones a la muerte. Es defender la dignidad de cada persona con defensa de su libertad y su orden moral. Porque la condición humana no es obra concluida, todos los días existen cambios y nuevas generaciones y por ende debemos preservar la educación humanista. La modernidad rompe los esquemas y nos esclaviza, el tiempo tiene nortes estrechos y se descuidan aquellos valores trascendentes que respetan sin distingo a la vida. Platón citó como valores de vida o apolíneos a la verdad, la bondad y la belleza.

El agitado mundo moderno no dispone de tiempo para cultivar su humanidad, priman otros valores, a veces lo insustancial y en ciertos casos la fatuidad comprime lo más valioso, denigrando el cenáculo para volverse epicentro de economía. Lo más importante es aquella relación médico-paciente que alivia y cura los males respetando la intimidad, la individualidad y la confianza, sin  abusos ni engaños con respeto a lo trascendental de la vida. Quien sabe prácticas de cura a las enfermedades, despierta en el paciente la confianza, la esperanza y la fe, como lo hacen quienes practican humanismo, sin tener el norte estrictamente económico con el comercio de la salud.

Médico que forma parte de un sistema de salud integral, que contempla prevención antes que curación, considerando que el enfermo es un ser humano, sensible y confiado en el accionar de quien hizo juramento hipocrático. (O)