Desmitificando el bloqueo II

Bridget Gibbs Andrade

CON SABOR A MORALEJA

OPINIÓN | Existe algo peor que el “bloqueo” de EEUU. Es la reputación de mal pagador que tiene Cuba en el ámbito internacional. Solo a Argentina le debe USD 4.800 millones desde 1973. Es difícil sostener la tesis del bloqueo como la fuente de todos sus males sabiendo que en el 2020 el 60% de los alimentos consumidos en la isla eran importados, más allá de las donaciones enviadas por sus aliados. Las armas llegan pese al tal bloqueo, pero, casi ninguna maquinaria industrial. Las que existen, son tan vetustas como los autos de la década del 50 que recorren La Habana. El 80% de la tierra productiva es del Estado que acapara la mayor parte de la producción, pagando a los campesinos precios muy bajos. Aunque emigraron 1 millón 600 mil cubanos, el régimen nunca pudo compensar el crecimiento poblacional con un aumento de la producción de alimentos.

Desde hace una década, los alimentos de mala calidad y las cartillas de racionamiento provocaron una situación de malnutrición que la dictadura trata de esconder infructuosamente. Con menos nutrientes, la población tiene una propensión más grande a contraer o agudizar enfermedades. Y el drama se convirtió en tragedia cuando llegó el Covid, los cuerpos de los cubanos estaban debilitados. Se dio una paradoja: cuando anunciaron la creación de dos vacunas, la Soberana y la Abdala, el número de contagiados en la isla crecía vertiginosamente. Pero, insistieron en venderla sin pruebas de su eficacia.

¿Por qué el sistema de salud que venden como uno de los más avanzados del mundo no puede proteger a sus propios ciudadanos del virus, teniendo vacunas propias? Con el sistema de salud colapsado y la suma de otros factores, detonaron las protestas el 11 de julio. La pandemia desnudó el fracaso del modelo cubano. El engreimiento de un régimen acostumbrado a ser la víctima eterna, no le permitió atisbar el levantamiento popular. Y sus devotos extranjeros, fracasaron con ellos.

No se sabe cuál va a ser el desenlace de Cuba, pero, la simiente de la insubordinación ya está plantada. Luego de 62 años de sumisión y represión salieron a las calles. Ya es un comienzo. Si ustedes tienen la oportunidad de conversar con los que aún sostienen la idea del “bloqueo”, arriésguense a ser llamados apóstatas, y contradíganlos. Y que Cuba no solo huela a ron, sino también a libertad. (O)