El consumismo enemigo de la naturaleza

Hernan Deleg Pacheco

La situación ecológica actual atrae la atención de la humanidad entera, la esencia en el problema de asegurar y preservar la civilización, que está ligada, a la vez a la defensa en general, de la vida en la Tierra.

No es correcto explicar la destrucción del medio ambiente, tan solo por su desarrollo científico técnico en uno y otros países, pues, cada sistema socioeconómico se caracteriza por su propia actitud hacia el medio en que habita el ser humano; tiene sus procedimientos y métodos de utilización.

El “consumismo” siempre se ha caracterizado por una actitud rapaz hacia la naturaleza y sus recursos. Esta postura se manifiesta con mayor fuerza, por un lado, la pasión por las ganancias, se impone sobre el sentido común, en mayor grado que en tiempos pasados y, por otro, aparecen “la corruptela del sistema » engendros monstruosos de una sociedad sin valores, que han conferido proporciones nuevas, nunca vistas, por el apoderamiento del poder político y sus recursos privatizadores; que han sido alcanzados por este flagelo ya no solo países, regiones, sino, como lo decían los antiguos, todo el “Orbis terrarum”.

Es indiscutible la directa relación existente, entre la actitud rapaz hacia las riquezas naturales, el consumismo y la degradación del ambiente, están presentes, pudiendo socavar las condiciones de reproducción de la vida en la Tierra. Quizá este errado: las leyes de la naturaleza no se pueden suprimir; somos testigos, como el consumismo trata, con todo su poder de mantener su dominio.

La humanidad no puede desafiar más a su suerte. Si no se pone fin a la destrucción del medio ambiente y no se inicia una amplia actividad en su defensa y su reconstitución de sus valores, mañana puede ser tarde. (O)