Incapacitados

Bridget Gibbs Andrade

CON SABOR A MORALEJA

Los asesores con los que cuentan los legisladores asesoran, valga la redundancia, en los temas que consideren relevantes en función de la comisión en la que los primeros fueron asignados, o en los proyectos que estén impulsando en ese momento.

La Asamblea Nacional cuenta con 308 asesores que trabajan con los 137 asambleístas, las distintas comisiones y la presidencia. Pese a la relevancia de su cargo, muchos de ellos no cuentan con la preparación profesional requerida. Para que un asesor sea electo no necesita someterse a un concurso, pues los requisitos para obtener el puesto son muy sencillos. A pesar de eso, sus salarios están entre los más elevados de la Asamblea.

El requisito para conseguir el cargo de asesor de nivel 1 es tener un título de tercer nivel. El salario mensual es de 3.014 USD. Para un asesor de nivel 2 los requisitos son más básicos, sólo necesita ser bachiller y demostrar experiencia en los temas en los que trabajará en la Asamblea. ¿Qué experiencia puede tener un bachiller? Gana 2.545 USD. Para los asesores de la presidencia no hay ninguna mención sobre la formación profesional y perciben 3.608 USD.

Si ingresan a la página de la SENECYT, encontrarán que la mayoría de los 308 asesores son abogados. Pero también hay asesores con carreras menos afines a su labor legislativa como veterinarios, arquitectos, antropólogos y biotecnólogos. Sólo faltaría que chefs consten en este listado descabellado. Tenemos a una miscelánea de incapacitados ayudando a legislar. Además, hay 125 asesores que cuentan con un título de cuarto nivel. Habría que ver si esos títulos son “truchos” como los obtenidos por las inefables mentes lúcidas, hoy, deslucidas.

El asambleísta Fernando Villavicencio propuso al presidente Lasso la realización de una Consulta Popular, en la que se plantee la reducción del número de legisladores. Según él, los países con sistemas bicamerales, en su gran mayoría, son sociedades con democracias sólidas en las cuales se registran bajos índices de corrupción. Adicionalmente, deberían proponer regresar a la constitución del 98, matando dos pájaros de un tiro: reduciendo el gasto oneroso que supone mantener a 137 asambleístas con dos asesores cada uno más dos asistentes administrativos que no saben de su oficio, y reformar el sistema judicial que rebalsa en un pozo séptico.  (O)