Evocación de un hito profesional

Edgar Pesántez Torres

Escribo el día que marcó un momento transcendental en la vida profesional de una treintena de médicos-cirujanos, cuando en solemne ritual se juramentó lo que enseñó Hipócrates, que en su parte esencial dice ejercer la medicina con conciencia y dignidad, teniendo a la salud como prioridad y sin proveer nunca pócimas mortales por mucho que se solicite (eutanasia), menos administrar medicinas o procedimientos abortivos, así se lo exija (objeción de conciencia). Es que la filosofía médica siempre fue para vivir y practicar el arte y la ciencia de forma sana y pura.  

El viernes 14/08/81, la Universidad Católica, en el Salón de la Ciudad, realizó el acto de Investidura e Incorporación a José L. Asanza H., Claudio R. Cabrera G., Francisco E. Calderón C. Norma C. Cisneros V. Luis F. Coello U., Cristian E. Cordero J., Vicente F. Corral V., John Page Doerfer, Richard E. Dorch L., Rosa C. Espinoza V., Tania H. Guzmán E., Ma. del Carmen Hernández V., Guido R. Idrovo M., Lastenia Meza C., Wilson R. Moscoso D.,  Gustavo H. Neira M., Claudio E. Ortega R., Fredy A. Ortiz A., Marlo R. Palacios G., Edgar S. Pesántez T., Luis E. Rojas L., Luis A. Salazar J., Xavier I. Salazar V., Balbina I. Sánchez A., Carlos A. Sánchez C., Guillermo A. Serrano V., Jaime R. Véjar V., Nardo T. Vivar I., Zaida C. Zea M. y Ma. Elena Zurita A.

Fuimos 27 del curso regular y la mayoría optó por nuevos escalones en diferentes especialidades; pero, todos comprometidos por alcanzar nuestro propio estándar y estar a tono con las exigencias de la carrera. Como la tierra es inapelable y reclama con usura su préstamo, retornaron Tania Guzmán por una contingencia post quirúrgica, Luis Rojas por un cáncer pancreático y Luis Salazar por el virus de la pandemia. Los demás seguimos en esta vida, río que nos arrastra apresuradamente al fin: por ello, bebamos de sus orillas, antes de que la ocasión desaparezca.

Al conmemorar las Bodas de Rubí, los recuerdos nostálgicos vienen como una película que se acerca a su fin, pero con esperanza. Es que la vida siempre será un vaivén entre el recuerdo y la esperanza: cuando pesa más el primero la soledad nos rinde. El recuerdo hace poca compañía si no se le comparte, si no es una peana o perdiga que ayude a saltar el último tramo de la vida. (O)