Energía hidroeléctrica limpia

Gonzalo Clavijo Campos

Ecuador es el país que tiene la más alta concentración de ríos por kilómetro cuadrado en el mundo. Sus condiciones topográficas facilitan la construcción de centrales hidroeléctricas, cuya oferta a la matriz energética, se incrementó notoriamente en el último decenio del 47% al 90%, propiciando un cambio significativo. La energía complementaria igual al 10% se cubre con plantas térmicas en el 8%, siendo la energía renovable de origen eólico, fotovoltaico, biogás y biomasa tan solo del 2%.

La hidroelectricidad es la energía más barata, limpia, económica y segura, aprovecha la fuerza de la caída del agua. Las instalaciones están en las represas y usan el agua embalsada como fuente de poder. Al caer el fluido circula por turbinas hidráulicas, mediante la transmisión de energía a un alternador, convirtiéndose en energía eléctrica.

La larga vida útil de las instalaciones hidroeléctricas, así como su bajo costo de mantenimiento, los usos multipropósitos de los embalses y el desarrollo económico y social que esto trae aparejado, son algunas de las razones determinantes a favor de generar electricidad con el agua.

Investigaciones recientes evidencian que la producción de energía renovable hídrica es impostergable frente al cambio climático, con variaciones notorias de caudales, estiajes severos, seguidos de grandes crecientes e innumerables desventajas de la energía generada mediante combustibles fósiles que causan el efecto invernadero, lluvia ácida, calentamiento global tan preocupante.

Por cada KWh (kilovatio hora) de energía renovable se ahorran 200 mililitros de combustible fósil o petróleo, siendo un impacto positivo en el medio ambiente y cuidado de la naturaleza.

Con las nuevas centrales hidroeléctricas en funcionamiento, el país cuenta con una generación de 27.000 GWh/año. Por cierto, el crecimiento de la demanda alcanza alrededor del 4,2% anual debido al aumento vegetativo y la mejora tecnológica, la mayor conexión al internet y el uso de recursos tecnológicos en el hogar y en la industria. El cambio de motores a diésel de las camaroneras a motores eléctricos también tiene incidencia. ¡Es imprescindible la pronta construcción de nuevas centrales grandes y pequeñas, más aún al tener disponible un potencial hidroeléctrico gigante! (O)