Monstruo

Aurelio Maldonado Aguilar

Poco veo la tele, pero casualmente sintonicé un programa para chicos donde un monstruo de muchas cabezas, cada una más espantosa que otra, asestaba dentelladas destruyéndolo todo. Por analogía podría decir que nuestro querido Ecuador, tiene también un monstruo de múltiples y espeluznantes cabezas que nos atormentan y mantienen subdesarrollados, en un país de riquezas portentosas, aparte de ladrones habilidosos por montones. La brutal cabeza de la pandemia, va cansándose ya y gracias a la vacunación bien planificada del gobierno, tenemos datos ciertos de disminución de camas requeridas en todos los hospitales, sin embargo, en otros países tienen nuevo brote de la variante delta que no nos golpea mayormente aun, razón por la cual deberemos seguir en vacunación y cuidados rigurosos. Otra cabeza y esta si aterradora y monstruosa es ligada al millonario renglón del narcotráfico, enraizado en el país gracias a que los mafiosos belgas eliminaron la base de Manta y dieron luz verde al lucrativo negocio, teniendo la audacia de practicarlo incluso en valijas diplomáticas. Esto trae como cola la más execrable delincuencia con el sicariato como pan del día, común especialmente en el Guayas, en puertos de embarque y distribución de droga, donde y gracias al enorme capital repartido entre la gente que cree haberse sacado la lotería, sin sospechar que, igual que ganan dinero fácil, una bala despedaza su cabeza con la facilidad del rayo. Las cárceles son vivo reflejo de esta mafia muy bien organizada, pues desde sus celdas dirigen y ordenan tránsito, expendio y muerte de los que se desvían de la ruta o que llegan a ser rivales del negocio. No es de pensar mucho para entender que el pueblo de Montecristi se opone tenazmente al radar, por que reciben dinero para protestar y porque de una u otra forma, la economía mejora con el abundante matute que significa la droga a todo nivel. Otra cabeza espantosa es la corrupción más generalizada, pues como se podrán dar cuenta, la Asamblea, lugar donde deberían estar los más honestos e inteligentes del país, solo están, con excepciones, truhanes listos a la rapiña y la componenda y de su seno emerge el consejo de que roben, pero bien y muchos siguen al pie de la letra el esclarecido consejo y lo practican como la vicepresidenta Bella Jiménez, que entre paréntesis dista mucho de la belleza. Medusa de mil cabezas que nos postran y asfixian y que continúa enraizada en nuestras instituciones como sanguijuelas sin escrúpulos. (O)