Carta al Señor Presidente

Hugo Lucero Luzuriaga hlucerol@hotmail.com

Sr. Presidente: creemos que es del elogio de la mayoría de ecuatorianos el cumplimiento de vuestro ofrecimiento, el de vacunar a 9 millones en los primeros 100 días de su mandato, lo que está generando disminución de la morbi-mortalidad por la COVID -19 y alguna reactivación de la economía que induce al correspondiente aplauso, sin embargo, preocupa la situación de la atención de la salud en general, sobre todo debido a la creciente demanda insatisfecha.  Recalcando, que debe ser prioridad la atención a la promoción y prevención de la salud, Señor Presidente solicitamos: “QUE SE DOTE DE UN HOSPITAL DE SEGUNDO NIVEL DE ATENCIÓN EN EL CANTÓN GUALACEO”, a nombre de un numeroso e importante sector de población del sur ecuatoriano y específicamente de habitantes de la  parte nororiental del Azuay  perteneciente a los cantones Gualaceo, Paute, Chordeleg, Sígsig, El Pan, Sevilla de Oro, Guachapala, la provincia de Morona Santiago y parte de Zamora Chinchipe. Este hospital descongestionará el Vicente Corral Moscoso de Cuenca y brindará atención a una alta demanda insatisfecha.

Sr. Presidente: estamos conscientes de otras urgencias y prioridades, empero, la solicitud tiene un carácter especial porque aborda directamente al ser humano, razón misma de la existencia de autoridades. Lo solicitado tiene antecedentes como que los 2 gobiernos anteriores ofrecieron formalmente el Hospital, anteponiendo que el Municipio de Gualaceo aportó con el terreno, pero que quedó como un espacio material en espera de ofrecimientos que hasta hoy no se efectivizan.

Conocemos que la atención en salud es muy buena en la provincia del Azuay, liderando algunas encuestas de satisfacción en el campo privado por disponer de importantes centros de atención médica, sin embargo, en lo público como que los gobiernos nos quedan debiendo a los azuayos.

Aspiramos que el mandatario cumpla con un importante sector de la patria que sigue esperando que una atención absurdamente centralizada, al fin mire hacia el sur, comenzando a servir en función de uno de los tantos ofrecimientos de campañas.  ¡Esta vez muy respetuosamente le tomamos la palabra Sr. Presidente Lasso! (O)