El deporte y la música son parte de la vida de Sara Encalada, una joven muy risueña, creyente y con un talento único en la marcha atlética. Durante la extensa cuarentena que vivió el país en 2020 por la pandemia de la COVID-19, la joven de 17 años explotó parte de sus cualidades artísticas.
“La mayoría de mi familia son artistas, bailarines, cantantes y esas cosas. He cogido el gusto por tocar la guitarra y aprender a cantar, más como un hobby porque es importante también distraerse. Me gusta bastante las canciones tipo reggae que son con ukelele”, dice Sara y añade que está con planes de comprar aquel instrumento de cuerda pulsada que se usa bastante en las islas Hawái, Tahití y la isla de Pascua.
“De niña entrenaba escalada y atletismo como hobby. Era muy malcriada, era rebelde. Entonces mi papá (Rubén) me dijo que ya no quiere entrenarme. Él siempre quiso que haga marcha, pero no me gustaba”, comparte sobre sus inicios en el deporte.
Sara tenía 13 años cuando su padre la llevó al club de Luis Urgilés. En teoría no iba a entrenar marcha, pero aprendió rápido la técnica. Con apenas dos meses de entrenamiento Urgilés la hizo competir en un selectivo provincial “y le atinó, ahora soy marchista”.
Después de cinco años de práctica, entre altos y bajos, la penúltima semana de septiembre representará al país en el Campeonato Sudamericano U18 que se realizará en Encarnación, Paraguay.
Será su tercer evento regional tras los Juegos Sudamericanos Escolares de Arequipa 2018 donde obtuvo medalla de oro en 3.000 metros; y el Campeonato Sudamericano U18 de Lima 2020 donde alcanzó el cuarto lugar en 5 km.
La Federación Ecuatoriana de Atletismo proyecta con Encalada un primer lugar en 5.000 metros marcha luego que la andarina ganara la prueba en el Nacional U18 de Guayaquil con 24 minutos y 40 segundos, su mejor marca personal.
Comparte entrenamientos con Saúl Wamputsrik, quien también es opción de medalla en 10.000 metros marcha, según la FEA.
Sara, estudiante de Tercero de Bachillerato de la Unidad Educativa Ricardo Muñoz Chávez, asegura que está trabajando para dejar en alto la bandera tricolor, aunque es consciente que la competencia será dura por el buen nivel que tiene Colombia y Brasil.
El martes ingresó a clases con el compromiso de no descuidar las sesiones con la nutricionista y psicólogo, peor faltar a los entrenamientos. Hubo un tiempo en su carrera deportiva en que deambuló de un entrenador a otro, pero “ahora ya tengo conciencia en lo que debo enfocarme”.
Su meta es dedicarse 100 % al deporte, por eso en la Universidad planea seguir una carrera afín. (BST)-(D)
