Descubre el sabor del chocolate azuayo

Elaboración del chocolate en la Industria Fátima. Cortesía

Por pocos es conocido que en la provincia del Azuay, en la parroquia de Molleturo, se cultiva cacao fino de aroma de la variedad “Nacional Arriba”, considerada como una de las mejores a nivel mundial. Mientras que en Cuenca se elabora artesanalmente uno de los chocolates más tradicionales del Ecuador.


El cacao nacional se caracteriza por tener una fermentación muy corta y dar un chocolate suave de buen sabor y aroma, por lo que es reconocido internacionalmente con la clasificación de “Cacao Fino de Aroma”. Se lo ha cultivado en nuestro país desde hace dos siglos en las zonas de la cuenca alta de los ríos Daule y Babahoyo. Desde esa época el producto adquirió reputación y comenzó a ser conocido con el término de “Cacao Arriba”.


En la zona baja de la parroquia Molleturo, en la empresa “Mully”, se cultiva el árbol de cacao Arriba en forma orgánica con especial esmero, ya que su fruto es un verdadero tesoro por las propiedades organolépticas que sus semillas presentan.

Para la cosecha de los mismos, se seleccionan bien las mazorcas que están maduras y sanas. Luego se procede a remover el mucílago de las semillas para colocar las mismas en recipientes de madera para su fermentación, proceso que toma alrededor de dos días.


Una vez fermentadas las semillas, se procede a secarlas para luego tostarlas cuidando muy bien la temperatura. El siguiente paso es el triturado, proceso con el cual se obtienen pequeños trocitos denominados nibs. Luego, con el molido, se convierte los nibs en una finísima pasta o licor de cacao, del que se extrae parte de la acidez que contiene el producto. Durante el proceso se une este licor a la manteca de cacao, azúcar y saborizantes naturales.


El resultado final es un chocolate de excelente calidad y exquisito sabor, el cual es comercializado en la parroquia de Molleturo y en los cantones de la Troncal y Naranjal.


El chocolate amargo de Cuenca


Por otro lado, en la ciudad de Cuenca, existe un negocio familiar en el que se elabora uno de los productos más apetecidos por locales y extranjeros: el chocolate amargo puro, base para la preparación de un sinnúmero de exquisitas recetas.


Don Luis Honorato Peralta Piedra, quien inició este negocio en 1942, diseñó su propia maquinaria empleando materiales como la madera y el latón. Elaboró así tostadoras, molinos y ventiladoras que en un principio fueron completamente manuales. Hoy estas pintorescas máquinas continúan funcionando en la fábrica, aunque ya en algunas de ellas se ha adaptado un sistema eléctrico que permite mayor agilidad en los procesos.


Catalina Peralta, hija de Luis Honorato Peralta, es quien hoy maneja el negocio de su ya fallecido padre. Explica que el cacao lo obtienen de diferentes lugares de la costa como Machala, La Troncal y Manabí.

El primer paso en la fábrica es escoger las semillas, seleccionando únicamente las de mejor calidad. Después, se procede a tostar las mismas para luego triturarlas y ventilarlas con la finalidad de remover por completo su corteza. Finalmente, se las muele para obtener el preciado líquido que una vez enfriado, es colocado en moldes o bien en hojas de achira (planta de la familia de las cannáceas), dependiendo de la presentación que se quiera dar al producto final.


El chocolate de Industrial Fátima es cien por ciento natural y se lo comercializa en diferentes mercados, tiendas y supermercados de la región. Los turistas que visitan el lugar, además de descubrir de cerca todos los procesos para la elaboración del chocolate, pueden degustarlo y comprobar así su delicioso sabor y aroma.


Industrial Fátima está ubicado en El Batán 4-56 entre El Oro y Remigio Tamaríz. Las visitas tiene un valor de $3,00 por persona (incluyen degustación). Para mayor información se puede contactar al teléfono 0990718782.

Este contenido se pubica gracias a una alianza de la Dirección Zonal del Ministerio de Turismo y El Mercurio con el fin de aportar en la reactivación económica del sector.

#MeQuedoEnEcuador para descubrir sorpresas tan agradables como el exquisito chocolate que se produce en Azuay, provincia abundante en recursos naturales, paisajísticos y culturales. (I)