Líder talibán desmiente rumores sobre posibles disputas en el Gobierno afgano

El mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador de los talibanes y jefe adjunto del Gabinete de ministros, desmintió este jueves los rumores sobre disputas internas en el nuevo Gobierno interino de los islamistas, ni que hubiese resultado herido de gravedad por una confrontación entre líderes de la agrupación.

«Esa noticia no es cierta, gracias a Dios estoy bien y sano, y el otro asunto es que los medios dicen que tenemos disputas internas, eso tampoco es cierto. Somos muy educados y misericordiosos entre nosotros, incluso más que con los miembros de la familia», dijo hoy el mulá Baradar en una entrevista en vídeo difundida en Twitter por el portavoz talibán Naeem Wardak.

En los últimos veinte años – continuó – «hemos hecho sacrificios y hemos soportado dificultades para poner fin a la ocupación (estadounidense), y esto no fue con el propósito de ganar poder ni posición» en la nueva administración afgana, agregó el mulá, que fue jefe de la oficina política de los insurgentes en Catar.

Según los rumores que circulaban por las redes y varios medios de comunicación, Baradar había resultado herido, o incluso muerto, tras una disputa interna con el ministro de Refugiados y Repatriación, Khalil Rahman Haqqani, que a su vez es un distinguido líder de la temida red Haqqani, considera una agrupación terrorista por EEUU.

La red Haqqani, detrás de algunos de los atentados más sangrientos, es una de las ramas poderosas de los talibanes, y posee una gran influencia en el sureste de Afganistán. Además, varios de los ministros del actual Gobierno tras la toma de poder de los fundamentalistas pertenecen a este grupo.

ENCUENTRO CON LA ONU

Precisamente el líder de la red Haqqani, Sirajuddin Haqqani, ostenta ahora el cargo de ministro de Interior, y sobre él pesa una recompensa de diez millones de dólares por parte de las autoridades estadounidenses por información que ayude a su captura, además de estar incluido en la lista negra de sanciones de la ONU.

A pesar de ello, el ministro mantuvo ayer un encuentro con la enviada de la ONU para Afganistán, Deborah Lyons, y el Secretario General Adjunto y Jefe del Departamento de Seguridad de la ONU, Gilles Michaud, según informaron los talibanes.

En la reunión, Haqqani pidió a los funcionarios de la ONU «que tomen medidas prácticas para el reconocimiento oficial del Emirato Islámico, la eliminación de la lista negra y, en general, la eliminación de todas las sanciones» contra los talibanes, detalló en Twitter el principal portavoz de los islamistas, Zabihullah Mujahid.

El líder talibán mostró su compromiso por el cumplimiento del acuerdo de Doha y enfatizó que la eliminación de varios de sus miembros de la lista negra de la ONU tiene un «importante papel» en los aspectos de seguridad del país.

Según señaló Mujahid, Michaud aseguró que la ONU acelerará sus esfuerzos para terminar con la lista negra y prometió más ayuda a Afganistán, además de la ya ofrecida para garantizar la asistencia humanitaria.

La ONU está segura de que «el Emirato Islámico tiene la firme determinación de luchar contra la corrupción», señaló Mujahid.

Afirmó además que Michaud se marchó de Afganistán con la promesa de «paz, prosperidad y trabajo conjunto». EFE