Ser y estar

María Eugenia Moscoso C.

¿Cómo entender esta pandemia que llegó sin previo aviso, sin haber pensado que habríamos experimentado ésta obligada pausa, ante la que estamos detenidos, distantes del otro, alejados de los demás, temerosos de todos? Si antes buscábamos amigos, compañeros, contertulios, hoy, sabemos que la distancia, nos beneficia y que nuestras relaciones interpersonales se han circunscrito a un “zoom” o a una video llamada. ¡El contacto interpersonal quedó relegado! ¿Hasta cuándo?

Esta reflexión me permite hacer una interiorización en mis pensamientos y en mis sentimientos, que presionan por salir y digo, en un intento cartesiano: “yo soy y luego estoy”. Esta pandemia y este encierro nos obligan a reflexionar. ¿Cómo soy, dónde estoy y a dónde voy? En el intento por responder a esta interrogante, pienso que soy un ser afortunado, al estar cobijado por un techo, gozar de alimentos y estar sostenida en libros y en música, por hijos y nietos sanos, que avanzan en sus intereses y en sus proyectos de vida.

Pues sí, los verbos ser y estar me permiten atender mi proceso de interiorización, para valorar la vida, para agradecer por lo que somos y por lo que tenemos, para superar con fortaleza, esta pandemia y continuar por el camino, minuto a minuto. Soy y estoy en la pandemia y realizo un acto de fe, para seguir, luego de estos días grises de aislamiento, buscando el sol de cada día. (O)