Páramos de Can-Can

Nicanor Merchán Luco

Con ocasión de que participaron mi hijo y mi nieto en la competencia Gran Fondo de Ciclismo de Montaña MTB en la categoría Elite de 142 kilómetros, estuve presente en el abastecimiento y pude llegar saliendo de la población de Soldados muy en la mañana hasta el pequeño caserío de Gal-Gal y luego me quedé admirando a los 3.700 metros de altura el hermoso páramo de Can-Can frente al área protegida de ETAPA, allí existe un muy cómodo refugio que dispone en esa inmensa soledad de teléfono, sin señal de wi-fi. Allí existe de manera permanente guardaparques a cargo del responsable del área Wilson Ochoa, quienes controlan las actividades antrópicas.

Protegen de excelente manera las fuentes de agua de las casi 4.000 hectáreas. Allí en el futuro se construirá una represa para dotar de agua potable a Cuenca. Luego otro pequeño caserío de Pimo con vientos muy fuertes y sus habitantes se dedican a la ganadería. Más tarde otro pequeño caserío de Tangeo hasta llegar al imponente cerro de Minas a 3.900 mts. de altura donde se divisa la inmensidad de la cordillera y otro encantador páramo. La temperatura llega a 8 grados y aprovecho para meditar.

Por un largo y angosto trayecto los ciclistas muestran una vitalidad impresionante, el grupo de élite ya está lejos del pelotón, son admirables. Enseguida el caserío de Cuevas donde el tiempo se congeló, las casas viejas están deshabitadas. Una nueva ruta por el pajonal abre el camino por las ruinas de Carachula y empieza un descenso en el cual los ciclistas imprimen una velocidad realmente impresionante, imposible de acercarse a ellos que avizora la ciudad de San Fernando de 4.000 habitantes y por fin la hermosa laguna de Buza al pie del Cerro San Pablo de 3.620 mts. Una linda ruta por medio de la naturaleza. (O)