A la vieja usanza

Juan F. Castanier Muñoz

El viernes último escuché al abogado Jaime Nebot “comentando” el proyecto de ley que será enviado a la Asamblea por el presidente Guillermo Lasso. El proyecto “Creando Oportunidades” contiene disposiciones sobre varios ejes: el tema laboral, el tema tributario, el tema migratorio. Debo entender, y me estoy remitiendo a la seriedad con la que el presidente toma sus decisiones, que el proyecto ha sido trabajado con esfuerzo, con dedicación, con responsabilidad, y, por supuesto, por diferentes equipos, todos ellos conformados por personas preparadas para tales menesteres y con la mira puesta en sacar al país de la crítica situación. Sin embargo, para el abogado Nebot, y en ello coincide con doña Guadalupe, con don Salvador y con doña Pierina, todo el trabajo realizado, todo el esfuerzo que ha costado el proyecto gubernamental, no vale para nada, no sirve para un carajo y su destino debe ser el tacho de la basura.

¿Análisis responsable del contenido del proyecto?, ¿revisión seria de sus consecuencias?, ¿propuestas alternativas? ¡No amables lectores, no!, hay que entorpecer la labor del presidente para que le vaya mal, para que fracase frente a la conducción del gobierno y el populismo de izquierda haga un segundo intento de regreso, con “hambre atrasada” y con el proyecto de amnistía para sus cuates, bajo el brazo. ¿Querrá realmente el abogado Nebot que retorne el populismo rojo?, no, no lo quiere, pero para él, a la vieja usanza, es fundamental “sacarse el clavo” de las últimas designaciones de las autoridades legislativas. En los añejos cánones de cierta política, la reparación de un “faltamiento” a la palabra se encuentra mucho más allá, de las coincidencias ideológicas, del bien supremo del país. “Sacarse un clavo” produce más “satisfacción”, que el país obtenga o no buenos resultados.

Mientras Nebot se prepara para consumar su “venganza” y el populismo de las empanadas y los masajes, de las glosas de contraloría y del terraplén de El Aromo, arman su proyecto de bloqueo al país, preparémonos a ver, en los próximos días, unos pactos que harían sonrojar de envidia a los “patriarcas de la componenda”. (O)