Desde Quito, Vargas Llosa llamó a «entender que el comunismo ha desaparecido»

El vicepresidente Alfredo Borrero, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso; y Mario Vargas Llosa en el Palacio de Carondelet. Presidencia

El escritor Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) exhortó a los latinoamericanos de todo el continente a comprender la «riqueza extraordinaria» que tiene el concepto de «libertad» y entender que «el comunismo ha desaparecido», al recibir en Quito la medalla al Mérito Nacional del Estado ecuatoriano.

En un homenaje en el Palacio de Carondelet, el Premio Nobel de Literatura 2010 dijo que en el continente quedan aún «compatriotas» que «no han entendido» que el comunismo es «una fantasía» que «desapareció por la incapacidad absoluta de satisfacer las necesidades más elementales de los pueblos que creyeron en ella».

Y abundó que no está ni en Rusia (un régimen de «capitalismo de amiguete»), ni en China («país capitalista de empresarios que se quedan mudos ante los dislates del poder»), ni en Cuba («donde miles salen a las calles a reclamar la comida y el trabajo que no tienen desafiando la cárcel»).

Tampoco en Venezuela, «uno de los países más ricos, que ahora expulsa a cinco millones y pico para que no se mueran de hambre», ni la Nicaragua del «Comandante Ortega», que «gana elecciones porque mete a la cárcel a todos sus adversarios».

Por lo que, a la vez que alabó el camino tomado por Ecuador al elegir a Guillermo Lasso como presidente, deseó que todos los latinoamericanos que creen aún en ese «fantasma» lo descubran pronto, porque «entonces se pondrán a trabajar en esa realidad cotidiana en la que se pueden cambiar las cosas».

El escritor habló después de recibir la medalla de la Orden Nacional al Mérito en grado de Gran Cruz que le entregó el mandatario ecuatoriano, amigo personal y correligionario, y quien describió a Vargas Llosa como un «latinoamericano universal» que, como «liberal», está en «rebeldía».

Un homenaje por su contribución a las letras y al mundo de la cultura universal, según el decreto de otorgamiento, si bien Lasso, no queriendo pasar por «experto en literatura», elogió más su posicionamiento como defensor de los valores democráticos.

«No seré yo quien haga una presentación del recorrido literario de Mario Vargas Llosa. No quiero cometer el error de pasar por un experto en literatura. Soy simplemente un político pero, al igual que Mario, fui también un ciudadano que entró a la vida pública con un objetivo claro: defender la libertad», afirmó.

Y recordó en ese sentido, que el literato fue uno de sus «referentes en esta lucha por la libertad», porque al igual que él, dijo: «Yo también sentí que debía rebelarme ante cierto statu quo que sigue dominando tanto nuestra política como nuestra cultura».

Al acto, limitado en aforo por las condiciones de pandemia, asistieron miembros del Gobierno y de instituciones públicas, así como representantes del mundo de las letras y los dos hijos del homenajeado: Álvaro y Morgana.

En la ceremonia también se guardó un minuto de silencio en memoria de los recientemente escritores ecuatorianos fallecidos Jorge Velasco Mackenzie y Eliécer Cárdenas.

El presidente ecuatoriano elogió la lucha de Vargas Llosa por «mantenerse distinto», «siempre iconoclasta», «firme en su pensamiento», cuando «muchos de sus contemporáneos se acomodaron a regímenes claramente contrarios a los ideales de libertad y de cambio» e instauraron «una policía de la verdad política».

«Mario, al no conformarse, al mantener su independencia, estaba ejerciendo verdadera rebeldía», aseveró al insistir en que, con su llegada al Gobierno en mayo, «Ecuador ha recuperado la institucionalidad y los valores democráticos básicos».

Un argumento que avaló el autor de «Pantaleón y las visitadoras» o «La ciudad y los perros», entre sus muchas obras, al declarar que Ecuador, «uno de los países más pequeños de América Latina», será «grande y poderoso con Lasso en el poder», si es que «lo dejan convertirlo en el país que tiene en sus sueños».

Vargas Llosa llegó a Ecuador este lunes procedente de México, donde participó la IV Bienal de Novela que se desarrolló en la ciudad mexicana de Guadalajara, y esta misma noche tenía previsto abandonar la ciudad. EFE