“Batalla democrática” y oposición

Librar una “batalla democrática apelando a todas las disposiciones legales y constitucionales” ofrece el presidente Guillermo Lasso, ante la devolución, por parte de el Consejo de Administración de la Legislatura, de su proyecto de ley de Creación de Oportunidades.

Esa resolución era la esperada si se considera la confluencia de fuerzas políticas opositoras al gobierno representadas en el CAL.

Correístas y socialcristianos, cuyo acuerdo es inobjetable, más Izquierda Democrática y Pachakutik, advierten cuan inoficioso sería si el gobierno insiste en su proyecto.

Lo cuestionan porque, a su juicio, crea más impuestos y es regresivo en materia de derechos laborales. En esto coinciden muchos analistas económicos y los del ámbito laboral, amén de los constitucionalistas dentro su ámbito.

Justifican la devolución, asimismo, porque el proyecto incumple los requisitos legales establecidos en el artículo 136 de la Constitución de la República y el 56 de la Ley de la Función Legislativa, sobre la “unidad de materia”.

Es más, los asambleístas de aquellos bloques legislativos se muestran partidarios de un potencial llamado a consulta popular si el presidente Lasso insiste con su proyecto.

De allí la reacción del primer mandatario. Sin embargo, aún no es explícito sobre cómo será la anunciada “batalla democrática”.

Se advierten varios escenarios. Entre ellos, acoger las observaciones y dividir el proyecto de ley; o convocar a consulta popular.

Menudo dilema para el gobernante, cuyo discurso tiende a disuadir a los ecuatorianos sobre lo necesario y urgente de la ley para enfrentar el problema del desempleo en el país, sin duda agobiante.

Las más polémicas y debatidas son las propuestas en material laboral. Hay intereses irreconciliables.

Pero también es criticable la postura de la oposición: no da alternativas serias y reales para enfrentar problemas como el desempleo, el déficit fiscal, entre otros. Está en el lado más fácil y pensando electoralmente.

Por ello el presidente debe mostrar su talante de estadista para salir de esta prueba de fuego.