Industria Local

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev

Allá por los años cincuenta, un brillante economista chileno llamado Raúl Prebisch, por entonces secretario ejecutivo de la CEPAL, se preguntaba cuál es la razón por la que América Latina Debe cumplir el rol de mero proveedor de materias primas para que otras latitudes del mundo puedan desarrollar su industria y, a través de ella, alcanzar mayores niveles de crecimiento económico.

Y de estas reflexiones surgiría, a manos de la CEPAL, un modelo de desarrollo denominado “Modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones” que, esencia, propone reducir la importación de productos manufacturados y su sustitución por aquellos producidos en las industrias locales, lo que, a su vez, incrementará las exportaciones (ya no de materia prima, sino de bienes complejos), equilibrando las balanzas comerciales, incrementando dramáticamente los niveles de empleo y reduciendo la perniciosa dependencia hacia las exportaciones de bienes primarios (petróleo, banano, cacao, etc.).

Ahora claro, esto se dice fácil pero el conseguirlo requiere de un monumental esfuerzo en el cual el sistema financiero articula créditos para las inversiones necesarias, la sociedad toma conciencia sobre la necesidad de consumir localmente, la industria misma se compromete con la calidad y competitividad necesarias; y el Estado aumenta los aranceles o salvaguardas a la importación de los bienes manufacturados que compiten con la industria doméstica, mientras elimina aquellos aranceles que gravan la importación de materia prima, equipos y tecnología necesaria para la articulación de la producción local.

Y creo que, aún pese al estrepitoso fracaso de la revolución ciudadana en este sentido (todos recordamos la fallida “transformación de la matriz productiva”); existen razones para volver a ser optimistas, aunque con cierta cautela.  Es ciertamente positiva la medida por la cual el COMEX reduce 667 partidas de materias primas, bienes de capital e insumos productivos, críticos para el resurgimiento de la industria local. Quedará por ver el mecanismo por el cual se cerrará la brecha fiscal de USD 180 millones que esta medida provocará y sobre todo, quedará la tarea de no permitir que esta nueva apertura comercial comience a desgravar productos manufacturados en el exterior que, estos sí, tienen su contraparte en la industria local… (O)