Evitar pugna de poderes

La pugna de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo se fragua a fuego lento. Los resultados son impredecibles. Lo único seguro es conocer de antemano al perdedor: el país.

La exitosa campaña de vacunación contra el Covid-19 emprendida por el gobierno se diluye al fragor del relajamiento popular y las bajas pasiones políticas.

El proyecto de ley de Creación de Oportunidades es el primer detonante. Ni siquiera fue debatido por el Pleno de la Asamblea Nacional. A merced de la interpretación legal y constitucional de apenas cinco legisladores, su futuro inmediato es impredecible.

Haberlo devuelto al Ejecutivo ha dado lugar a las primeras escaramuzas verbales y, por consiguiente, al forcejeo para aparentar quién tiene la razón.

A la oposición, amalgamada entre supuestos enemigos políticos entre sí, le ha venido bien el involucramiento del presidente Guillermo Lasso en los Pandora Papers cuya investigación pasó de la Comisión de Fiscalización a la de Garantías Constitucionales. Otro desaguisado legislativo en pos de la revancha o, simplemente, para el desquite personal.

Eso no implica oponerse a la investigación. Al contrario, la alentamos. El presidente está llamado incluso a disponer la desclasificación de la información sobre sus depósitos, inversiones en el exterior, pago de impuestos, traspasos, hechos con su fortuna. Mientras más pronto, mejor.

El gobierno deberá seguir trabajando en 2021 con la proforma presupuestaria de 2020. Así lo resolvió la Asamblea. Lo acusa de no haber cumplido el plazo otorgado para contestar las observaciones hechas.

Entre otras, aquellas son señales de la pugna de poderes en ciernes. Y bien puede ahondarse cuando se sepa la decisión del Ejecutivo sobre su proyecto de ley.

En los últimos cuarenta años de democracia, las pugnas nada bueno le trajeron al país. Ahora no será la excepción.

Aún es tiempo de evitarla. Los actores políticos están llamados a actuar con sindéresis, a pensar en Ecuador, no en sus parcelas partidistas, peor en revanchismos, mucho peor a incubar el fracaso del gobierno.