Concertación por seguridad

Luis Ochoa Maldonado

Se desangran víctimas en nuestras ciudades, que obliga a que la democracia ecuatoriana deba esforzarse en respuestas efectivas para la población, a merced de la criminalidad, haciendo contención del avance delincuencial, que muestran américa latina con el 36% de los crímenes a nivel mundial siendo apenas el 8% de dicha población, que los entendidos aconsejan, como primaria acción controlar el tráfico de armas, que abastece a la fechoría, siendo menester operar de manera integrada la inteligencia organizada, que identifique a las bandas instaladas en el país alrededor del narcotráfico, los aparatos de represión a nombre del estado, fundamentalmente la policía entrenada y confiable desde la percepción ciudadanía y con una justicia eficiente que evite sigan presos sin sentencia, como se vio en la masacre de la penitenciaria. 

La realidad muestra que son pocos los procesados de casos de personas, que son acusadas del tráfico de armas, peor la identificación de los capos de las drogas, mostrándonos una acción reactiva que no alcanza, para controlar a las cárceles siquiera peor al resto de la geografía, mientras en las altas esferas políticas dedicados al espectáculo del desencuentro, caso contrario supiéramos al menos que ha pasado con políticas de seguridad implementadas con horizonte al 2030; o con el cambio de gobierno se cree que se descubren soluciones, que no vemos al momento lamentablemente como sucede igual en otros servicios como salud y educación.

Es urgente ejecutar acciones concertadas para la seguridad de la gente, en donde todos los entes públicos y privados tienen que involucrarse, el gobierno central, la asamblea, los municipios, organizaciones sociales y sobre todo un llamado a la justicia, que no puede seguir indiferente. Las soluciones están a la vista, de todos, es la rémora en su aplicación, los intereses particulares de los políticos en los poderes del estado, que están cuidando sus intereses, lo que imposibilita una política pública nacional profunda de seguridad, que recupere la confianza de la comunidad o al menos evitar el deterioro que pueda incrementarse peligrosamente. ¡Cuidado!  (O)