Fallece Eudoxia Estrella, mujer insigne del arte cuencano

Eudoxia Estrella, gestora cultural cuencana. Foto: Fundación Madrágora

Por Claudia Pazán

La reconocida artista cuencana Eudoxia Estrella ha fallecido en Cuenca la mañana de este jueves 21 de octubre de 2021 a los 96 años.

Pintora, gestora cultural e impulsadora de la Bienal de Cuenca, Estrella formó parte de los personajes insignes de la cultura y el arte local.

Con pedazos de carbón y tizas, Eudoxia Estrella garabateaba el jardín de la casa de sus abuelos. En esta época no se hubiese imaginado que llegaría a ser una de las máximas exponentes de la acuarela en Cuenca y en Latinoamérica.

Su vena artística se reflejó desde muy temprana edad. En su niñez amaba que le regalen dulces y no por sus sabores, sino por sus empaques que eran ideales para sacar los colores con los que pintaba por un lado y otro. Los mojaba con la boca y lograba tener pinturas para sus primeros trazos.

Como todo niño en edad escolar, Eudoxia tenía problemas con la aritmética, la gramática y las matemáticas. Definitivamente, no era de las más sobresalientes en su escuela o un modelo a seguir. Solo cuando se trataba de dibujo, brillaba y sus maestros la felicitaban, y la ponían de ejemplo.

Sin embargo, lejos de cumplir su sueño de pintar, Eudoxia fue enviada al colegio Herlinda Toral para aprender sobre comercio, crédito y otras materias que tenían que ver con las asignaturas que le daban malas calificaciones en la escuela.

En el primer año, al final cuando se jugaba su pase de año, simplemente no se presentó a su examen final. Esto le abrió el camino para que en 1988 ingrese a la Escuela de Bellas Artes, donde inició una fascinante aventura que marcaría el resto de su vida.

Nació y creció en Cuenca, una ciudad que sobresalía por ser la cuna de la cultura, pero muy conservadora. Había espacios que no eran para las mujeres y Eudoxia se fue en contra de todo esquema social, salió abiertamente a la vida pública a través de su arte.

Conocida por su carácter fuerte y decisivo ganó terreno en lo público. Recién salida de la Escuela de Bellas Artes, su primera palestra fue la docencia y como profesora de arte, en el colegio de señoritas Manuela Garaicoa de Calderón, compartió su sensibilidad artística con sus alumnas.

Al poco tiempo, cuando se encontraba en sus 30, Estrella fue conquistada. Quedó encantada por la perfección de las obras de un hombre mayor que había llegado desde España para realizar los vitrales de una de las catedrales de Cuenca. Se trataba de Guillermo Larrazabal.

El amor no fue de inmediato, sin embargo fue una relación de la cual todo el círculo social que rodeaba a los dos artistas no aprobaba. Los prejuicios sociales estaban muy marcados en aquella época, tanto que hasta el obispo de la época intervino para “hacerles recapacitar”. Pero Eudoxia, caracterizada por su tenacidad, lo dejó todo y en 1960, unió su vida a Guillermo.

De aquí en adelante, la vida artística y sentimental de Eudoxia iban de la mano. Muchos dicen que Larrazabal fue el único en conocer el lado débil de su amada. Todos quienes de una u otra forma estuvieron en contacto con ella la describen con la mujer fuerte, la decidida y hasta un poco ‘testaruda’, todo para conquistar sus proyectos.

A los 46 años, Eudoxia abrió su escuela taller en el ático de su hogar. Una bella casa de muros blancos, con un gran balcón que brinda una vista privilegiada de la plazoleta San Sebastián y de los tejados de las casas del Centro Histórico de Cuenca, con pasamanos y marcos azules de madera.

Esta escuela se convirtió en el espacio de muchos niños que exploraron el arte a través de la mirada de Eudoxia. Como docente, nunca se quedó con nada, siempre explotaba al máximo la capacidad de cada uno de sus niños y en la actualidad muchos se inspiran en ella para continuar en el mundo de la acuarela.

En 1975 esta fantástica artista desarrolla y perfecciona la técnica por la que sería reconocida internacionalmente. El ‘casualismo’ como ella mismo la llama fue producto de la casualidad a consecuencia de varios experimentos que hizo al mezclar la acuarela con el agua.

Pero su éxito y su reconocimiento estaban lejos de terminar. Hernán Crespo Toral le confió el más importante de los proyectos culturales que tuvo Cuenca y se aventuraron a reconstruir la casa de la temperancia y el 17 de febrero de 1981 se convirtió en el Museo Municipal de Arte Moderno. Ella fue nombrada como directora y ejerció este cargo el 2010.

Los retos estaban lejos de terminar, y en abril de 1987 es la artífice de la primera Bienal Internacional de Cuenca. Eudoxia se aseguró que esta primera muestra reúna lo mejor del arte pictórico de todo el continente y así hizo que este evento tome fama y un gran reconocimiento internacional.

Eudoxia, a lo largo de su vida supo conquistar espacios en la vida pública gracias a su sensibilidad artística y a su gran tenacidad que le ayudó a caminar con ‘pies de acero’ y dejar huella en cada una de las funciones que desarrolló.