Nabón: 2 comunas ven a la apicultura como aliada clave

Los poblados consideran la actividad como una opción económica que no afecta al ambiente.

Rosa Morocho, de 56 años de edad, de la comuna de Morasloma trabaja con colmenas desde hace tres semanas, recibe apoyo del MAG y Municipio. BPR

Las familias de las comunas indígenas de Nabón le apuestan a la apicultura como una alternativa económica tras la pandemia de la COVID-19. Las colmenas se observan en diferentes poblados como Morasloma y Chunazana que históricamente se han dedicado a la agricultura y ganadería.

Unas diez familias de la comuna de Morasloma, por ejemplo, tratan desde hace unas tres semanas de desenvolverse como apicultores luego de recibir las colmenas y otros insumos por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la municipalidad de Nabón.
El MAG brinda el asesoramiento técnico y el Municipio invierte los recursos.

Las familias quieren aprovechar de la miel para venderla o generar derivados que se comercialicen en el cantón, así como en otras partes de la provincia del Azuay. El propósito: mejorar sus ingresos económicos que decayeron con la crisis sanitaria.

Rosa Morocho, de 56 años de edad, tiene su predio en el sector San José, en Morasloma. Ella implementó su colmena de abejas a unos 800 metros de su casa -en una ladera- por seguridad propia y de sus animales. La mujer pasa generalmente sola de lunes a viernes, ya que los fines de semana llegan tres de sus seis hijos procedentes de Cuenca para ayudarla a alimentar a las abejas.

“Claro que tengo miedo cuando me acercó a las abejas, pero después se me pasa”. Esas fueron las palabras de Morocho, quien espera que el tiempo empleado en la colmena dé resultados para ganar uno que otro dólar adicional, considerando su difícil situación económica.

Los esposos Porfilio Quezada y Lucía Barzallo, de 44 y 36 años de edad -respectivamente- también le apuestan a la apicultura.
Ellos viven de lo que produce el campo, en el sector Huando, en Morasloma. Quezada a raíz de la pandemia se quedó sin un trabajo, pues se dedicaba con un sobrino a la instalación de redes eléctricas y de fibra óptica.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Municipalidad de Nabón encaminan un convenio para impulsar la apicultura. BPR

“La pandemia nos marcó mucho en lo económico. Las autoridades nos dieron esta alternativa para tener un ingreso de alguna forma”, dijo Quezada, a quien, sin embargo, le preocupa los espacios de venta.

Resultados

Según el MAG y el Municipio de Nabón, en el cantón existen unas 80 personas dedicadas a la apicultura e incluso algunas ya integran una asociación que ha recibido del MAG una planta procesadora de miel. La cifra incrementó en el presente año con la entrega de las colmenas e insumos.

Blanca Lalvay, de 30 años de edad, del sector La Ramada, en la comuna de Chunazana, lleva ocho meses trabajando con las colmenas de abejas y es parte de la asociación. Lalvay tiene diez colmenas que suman un millón de abejas, y gracias a ello, obtiene miel y otros productos que los vende para mantener a sus cuatro hijos.

Los testimonios de estos productores demuestran que la apicultura va ganando espacio en uno de los cantones más pobres del Azuay. (BPR)-(I)