Dos vivencias para noviembre

Roberto Vivar Reinoso

Dos vivencias tenemos este mes los cuencanos: 201 aniversario de emancipación española y recta final hacia navidad y año nuevo. Ambas pueden servir para reactivar la economía golpeada por la pandemia. No solamente entre el comercio mayorista y mediano, que observamos armarse con variada mercadería, sino aquel pequeño e informal que ha proliferado por doquier, no buscando desobedecer las restricciones anticovid, más bien satisfacer las necesidades vitales. Parte el alma ver niños, mujeres, jóvenes, familias enteras implorar ayuda a cambio de caramelos o baratijas, mientras otros cantan, limpian parabrisas, hacen acrobacias en las esquinas y semáforos.

Aliviar tal situación es objetivo predominantemente comunitario, pues, el gobierno al cual muchos endilgan la responsabilidad, toma medidas erráticas que agravan el descontento social. Pretende reducir la pobreza, crear empleo, gravar a quienes más tienen, pero, incrementa el precio de la gasolina y diesel, aprieta a la clase media, precariza el trabajo, no toca los intereses bancarios.

Que todo esto, sin embargo, no impida duplicar los esfuerzos para salir adelante con optimismo. Cuenca tiene mucho que ofrecer a propios y extraños. Cuatro hermosos ríos, paisaje cautivante del Cajas, completa dotación turística, variada y sabrosa gastronomía, abundantes centros culturales, calidez humana.

En el largo feriado algunos podrán descansar y disfrutar aquí o fuera de la ciudad; la mayoría empero se ha preparado intensamente desde tiempo atrás, y ahora trabajará duro para recuperar su economía, aún más pensando en los gastos por las festividades universales que se aproximan. Deberían ser religiosas y propicias para la reflexión, pero el mundo las convirtió en comerciales, al punto que regalos y compromisos resultan ineludibles. (O)