Hermanos Lojano, artesanos con vocación y habilidad para el Hierro Forjado

Los Hermanos Santiago y René haciendo el un -dos es decir de manejador y golpeador para darle forma al hierro.

Los artesanos de esta rama no se encuentran solo en Azuay, están en el Cañar, en la vecina localidad de Chuquipata. En Cuenca los encontramos en su mayoría en la calle de Las “Herrerías” del barrio El Vergel, pero hay referencias que existen más de treinta artesanos regados por toda la ciudad.

En este reportaje conmemorativo por la Independencia de la Ciudad de Cuenca queremos rendir un homenaje a esta rama artesanal representada esta vez por la familia Lojano que se ubican en el sector de San José de la Playa, sector Chilcapamba, parroquia rural El Valle.

Santiago Lojano, ciudadano de 49 años, casado, padre de dos hijos mantiene el taller que le dejó de herencia su señor Padre, en donde labora con sus hermanos. Ellos aprendieron desde muy pequeños de maestros ubicados en gran parte en la calle de Las Herrerías del barrio El Vergel. Cuentan que sus inicios fueron desde la niñez; luego de ir a la escuela pasaban por el taller para continuar  aprendiendo con su finado papá la cerrajería junto con mis hermanos René y José; este último actualmente de 55 años, salió a Las Herrerías para aprender algo diferente, siendo quién me llevó e hizo que empezara a interesarme en lo que es la forja, el cincelado, el repujado, técnicas que las iba perfeccionando a su paso por el SECAP con varios cursos de forja artística, sacra y elemental.

En el ex­ CREA perfeccionó lo que es el dibujo, pero consta también que bajo la atenta mirada y consejos de maestros, muchos ellos, amigos de su papá tales como, Rosendo Quezada, Manuel Guerra y Juan Mora, quienes con su experiencia colaboraron con consejos y asesoramiento en su formación y la de mis hermanos.

Es curioso pero la mayoría de las historias sobre esta rama artesanal y otras son muy semejantes, al parecer en la niñez durante la escuela nace este espíritu de mantener una tradición, en este caso de su papá o su abuelo y obviamente siempre se puede mejorar.

Se dice que la creatividad está en la mente, los artesanos tratan de esbozar con las manos y a través de las herramientas para crear las artesanías por vocación propia.

Es un orgullo muy grande heredar el oficio de mi padre Luis Lojano lleno de credibilidad, por ello ahora la tarea como hijos es cuidar del apellido y el legado que nos dejó, manifiesta Santiago.

René Lojano todo un especialista en la forja de chapas y llaves de canuto.

Uno de sus primeros trabajos que marcaron la vida artesanal fue hace algunos años cuando llegó una diseñadora llamada Catalina Carrasco junto a su hijo y me puso un reto; tenía una puerta de eucalipto redonda y me dijo que no hay maestro que pueda ponerle las bisagras. Bueno con poco de miedo y recelo decide hacerlo porque su papá siempre decía “que nunca diga que no”. Viajaron hasta Tarqui, tenía 35 años, recién casado, el dueño de la puerta pregunto quién era el maestro y la señora respondió, este joven, al cual contestó “era de llamar a un maestro no a un muchacho”, Santiago en vez de desmoralizarse analizó la puerta y decidió realizar las bisagras conjuntamente con sus hermanos, luego de esta anécdota los hermanos Lojano adoptan un lema: “lo que quiere en hierro aquí se lo hacemos”, slogan que lo aplican en cada uno de sus trabajos utilitarios y decorativos.

A Santiago como todo buen padre y artesano, de corazón aspira que uno de sus hijos herede su oficio, pero en este momento son ajenos al taller, talvez algún día uno de ellos quiera mantener el trabajo, las ideas y la rama artesanal, pero también, es consciente que deben ser profesionales, considera a la artesanía una labor muy sacrificada y hoy en día no es valorado el trabajo a mano, se prefiere el producto del extranjero y lo prefabricado dejando de lado el trabajo artesanal.

Uno de los problemas comunes de los artesanos es la falta de apoyo de las autoridades de turno en los diferentes procesos productivos de las artesanías en hierro forjado. El llamado de Santiago y sus hermanos es a mantener vivo este oficio más aún ahora que forma parte del grupo de artesanías (10) que sirvieron para la designación de “Cuenca Ciudad Mundial de la Artesanía”.

Saludo a la Ilustre Ciudad de Cuenca

Quiero mandar un saludo a mi Cuenca, una ciudad hermosa y artesanal que, al celebrar estas fiestas, ojalá el gobierno y las autoridades locales se acuerden que somos Patrimonio Artesanal, pero que no se quede en el papel, quisiéramos ver un poco de apoyo para sacar adelante nuestra bella Cuenca y al Ecuador, porque los artesanos le damos vida y lamentablemente estamos desapareciendo.

René, hermano y compañero de labores

René Lojano de 57 años, soltero, desde niño al igual que su hermano ha luchado con el arte en sus manos, René se especializó en cerrajería, especialidad que practicaba su señor padre en la elaboración de chapas, llaves, injstrumentos para el agro, entre otros, actividad que lo mantiene como pedido directo de su maestro.

Los productos que elabora en la semana los vende a los comerciantes de la Plaza Rotary por lo general, pero también trabaja bajo pedido en diferentes modelos de chapas, candados y llaves de canuto; un arte que se resiste a pasar de moda especialmente cuando estamos viviendo tiempos de inseguridad, y estos sistemas ayuda a prevenir cualquier eventualidad en los domicilios.

Los productos se encuentran al alcance del bolsillo de los clientes, de sus gustos, de el diseño y por su puesto por el nivel de seguridad.

El trabajo metódico de una chapa puede tomar muchas horas, labor que pasa por la fragua, la suelda, el limado, cortes, templado, etc, a la semana se puede elaborar una docena de chapas con sus respectivas llaves, claro está, de las más sencillas.

 René al igual que sus hermanos considera que la falta de apoyo es el principal problema para comercializar en forma directa su producción en hierro Forjado y cerrajería.