La capacidad de convocatoria

Roberto Vivar Reinoso

Desde finales del siglo pasado, crece el poder de convocatoria popular de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie). Primero en las calles. Bien recuerdo las marchas contra Bucaram, Mahuad y Gutiérrez que provocaron su caída. Sin embargo, esto no se reflejó en las urnas, pues, hasta las elecciones pasadas, los candidatos de Pachakútik, el brazo político del indigenado, apenas alcanzaron el 4% a la presidencia con seis representantes en la legislatura. Ahora alcanzó 27 constituyéndose en el segundo bloque mayoritario, mientras Yaku Pérez casi llega al balotaje, donde estoy seguro hubiese triunfado sobre Arauz, para acceder a Carondelet. Fue determinante al respecto la violenta movilización protagonizada en octubre del 2019.

Victimizando a la raza nativa, reforzando su organización, dando prioridad a la lucha callejera y como abanderado del ecologismo, el entonces presidente de la Ecuarunari atrajo al electorado joven, parte del cual paradójicamente fue hacia Lasso que le ganó solo con el 1,3% de votos. Así el Fut, la Feue, la Fese identificados políticamente con el MPD, otrora líderes de las protestas públicas, fueron desplazados a segundo plano. Por ello la Conaie es la única convocada para el diálogo gubernamental.

Económicamente en cambio es poco el aporte al erario nacional del indigenado y los campesinos; su fuerza radica en la oposición a la mayoría de gobiernos y varias actividades que generan recursos estatales, caso del petróleo y la minería industrial, que el actual régimen quiere impulsar para disminuir el déficit calculado para el próximo año en 9.768 millones de dólares, a cubrirse con deuda. O las concesiones eléctricas, viales, portuarias, de telecomunicaciones, mediante acuerdos público-privados. Así no habrá soluciones, solo conflictos. (O)