Pandora Papers

Aurelio Maldonado Aguilar

El Ecuador es ingobernable y todo gracias a la mediocridad de los actores políticos, que, si bien son ignorantes y adefesios para todo atisbo de progreso colectivo y de país, como los calificó un distinguido compañero, son cuy de vivos como dice el vulgo, para encontrar subterfugios y caminos que les conduzca a robos, trincas y triquiñuelas. Una Asamblea llena de gente ignara que apenas puede firmar, ávidos de notoriedad y prestos a pactar como bloque para recibir grandes regalías. Inmorales muertos de hambre de poco tiempo atrás y que hoy son los padres de la patria con ínfulas de zares, prestos a coimas o venta de votos y su conciencia, por réditos económicos enormes y de poder. No se detienen ante nada y ayudan a que los mafiosos saqueadores del país intenten desestabilizar al gobierno y regresar así al poder para borrar sus multimillonarios atracos y evadir la justicia, amparados en el otro renglón de adefesios que son los jueces (no todos) que los ayudan con sus fallos. No debe preocuparnos donde puso su dinero un banquero, sino donde puso el dinero que nos robó, por miles de millones Correa y su patota de saqueadores. Lógico y más que racional la posibilidad de buscar un lugar seguro para mi fortuna bien ávida y trabajada. Pues nadie en su sano juicio buscaría colocar sus reales en lugares inseguros e inestables como es inveteradamente el sistema monetario y económico ecuatoriano, donde y por obra de birlibirloque, en una noche se dolariza, se sucretiza, se declara feriado bancario etc., y otras linduras que licuaron fortunas y crearon otras en manos de los que sabían que pasaría al amanecer. Asambleístas tan ignorantes y obtusos que no pueden ni escribir el rótulo en el asiento que pretendían ocupe Lasso y sin embargo presentan cientos de hojas que les entregaron redactadas, para conseguir la destitución del Presidente, sabiendo que es una comisión nombrada a dedo y no la de fiscalización legalmente establecida, jorga inmoral manejada como borregos por el cabecilla de la banda que se pasea de Bélgica a la Argentina para reunirse con otros infelices líderes corruptos y  que la interpol no le apresa porque no sabe su paradero. Asambleístas acostumbrados a promulgar leyes a la medida del momento, muchas de ellas luego de tiempo, dan vuelta y les incrimina directamente. Nosotros, pueblo pensante y responsable, tenemos la culpa al no parar estos atropellos y dejamos, por nuestra comodidad, que arrastren el país y sociedad por las cloacas. ¿Cuándo emergerá el líder que arremeta contra estas lacras y salve la patria? (O)