Seis meses

El pasado miércoles se cumplieron seis meses de gestión del actual gobierno; más que una evaluación creemos que es posible hacer unas reflexiones sobre su orientación y actividades. En la campaña electoral hizo unas pocas ofertas y señaló los proyectos previstos. Ante situaciones con matices conflictivos, en sus declaraciones manifestó que, más allá de sus creencias, tenía, en su calidad de primer mandatario, prioridad la consolidación de la institucionalidad democrática y el respeto a decisiones de otros poderes del Estado como compete a una democracia, más allá del autoritarismo con vicios dictatoriales de otros gobiernos en los que la voluntad del jefe estaba por encima del orden establecido.

Una de las promesas concretas que hizo fue la de que en los cien primeros días serían vacunados contra el COVID19 9 millones de ecuatorianos. La promesa se cumplió demostrando un sólido sentido de organización considerando una serie de factores como contar con vacunas traídas del extranjero a que el programa no se interrumpa por su carencia. La programación demostró mucha seriedad al contar con personal suficiente para administrar las dosis y motivar con eficiencia a los ciudadanos a que concurran a los centros. Este proyecto es parte de otro mayor: la reactivación de la economía tan venida a menos por la pandemia. Sin llegar a plenitud es evidente que se está retornando a la normalidad.

Al no contar con mayoría en la asamblea, la agilidad de algunos proyectos se complica. Tenemos la impresión de que se está negociando con éxito, aunque no ha transcurrido tiempo suficiente para consolidar lo afirmado. Su oferta de estar abierto al diálogo que sustituya a la imposición se ha manifestado en algunas ocasiones. Heredó un problema no previsto como las masacres en las cárceles. Las medidas que ha tomado recurriendo al estado de excepción nos parecen realistas, sin negar que el problema es tan complejo que llevará algún tiempo su solución. Sin una mentalidad triunfalista, creemos que la gestión ha sido acertada.