Competencia maléfica

Todos los seres humanos tenemos cualidades y defectos y lo deseable es que intensifiquemos las primeras y disminuyamos las segundas. En la vida social, en todos los niveles, se da alguna forma de rivalidad entre personas y un afán de superar a los demás, desarrollándose una competencia que, en principio es positiva ya que además de mejorar las condiciones individuales se consigue una superación del orden colectivo. Competir en los estudios para obtener mejores calificaciones está bien y en una serie de actividades los concursos son sanas formas de competencia ya que incentivan a todos los participantes a ser mejores. Como en todo lo humano se da, según las circunstancias, lo bueno, lo malo y lo feo.


En los últimos tiempos, cada vez ocupan más espacios en los noticieros, las competencias entre las bandas criminales organizadas, cuyas rivalidades sobrepasan los principios del diario convivir. Las masacres en las cárceles, son manifestaciones de esta competencia cuyos resultados son horripilantes y repudiables. Una forma de demostrar mayor “eficiencia” es el número de víctimas y su “extrema habilidad” para cometer acciones contra la ley sin dejar rastros que permitan su seguimiento, es decir no dejar huellas. Debido al auge del narcotráfico, la perversa “eficiencia” de estas bandas se ha incrementado a la vez que la rivalidad entre ellas que compiten demostrando cuanto más graves son los daños que hacen.


La vida humana ha sido y será respetable. Si las víctimas son delincuentes es menos repudiable que si fueran ciudadanos sanos y positivos, pero, en todo caso, se logra una exaltación de la violencia como algo “bien visto”. Si es que las víctimas son personas inocentes ajenas a estas maléficas actividades el resultado es peor. La intimidación, el chantaje y la extorsión han sido prácticas tradicionales, lo grave es que en los últimos tiempos en nuestro país se han incrementado. En otros países se han dado situaciones similares como en Estados Unidos durante la Ley Seca. Lo que importa es combatirlas con eficacia. (O)