La revolución psicológica

Hernán Abad Rodas

La vida es seria; uno tiene que dedicarle completamente su mente y su corazón; hay tanta confusión en el mundo, corrupción en la sociedad y diversas divisiones y contradicciones religiosas y políticas.

Quizás hoy más que nunca a nivel global hay gran injusticia, tristeza y pobreza; no sólo la pobreza exterior sino también la pobreza interna. Cualquier hombre serio, bastante inteligente y no sólo sentimentalmente emocional, al ver todo esto, ve la necesidad de cambiar.

El cambio es bien una revolución psicológica completa en la naturaleza del ser humano total, o es una simple tentativa de reformar la estructura social.

Creo que Necesitamos una verdadera REVOLUCIÓN PSICOLÓGICA completa, y ésta puede realizarse, independientemente de la nacionalidad o religión.

Hemos construido esta sociedad en la que vivimos inmersos; nuestros antecesores han producido esta estructura, llena de injusticia, codicia, autoritarismo, corrupción, hambre y miseria, sepultando los supremos valores humanos como la paz, la justicia, la ética y la moral, reemplazándolos por el materialismo bajo el que vivimos cobijados.

Somos la sociedad, somos el mundo, y sí no nos cambiamos a nosotros mismos radicalmente y muy profundamente, entonces no hay posibilidad alguna de cambiar el orden social. Muchos no se dan cuenta de esta realidad.

Todo el mundo y en especial la joven generación, dice: “tenemos que cambiar la sociedad”, hablamos muchísimo, pero no hacemos nada al respecto. Somos nosotros mismos los que tenemos que cambiar primero.

Tenemos que realizar en nosotros mismos la revolución psicológica, en los niveles superiores y en los más profundos, un cambio de toda nuestra manera de pensar, vivir y sentir; únicamente entonces será posible el cambio social. La mera revolución social externa, comandada por los falsos profetas, populistas, avivatos y roedores de toda especie, trae inevitablemente como hemos visto, la dictadura y el Estado totalitario, que niega toda libertad.

Realizar un cambio semejante en nosotros mismos, es labor de toda una vida, no algo sólo para unos pocos días, que ha de olvidarse luego. La revolución psicológica requiere una constante atención, un constante darse cuenta de todo lo que está ocurriendo, tanto fuera como dentro de nosotros mismos. (O)