Sistema vial de Azuay II

Bridget Gibbs Andrade

El quemeimportismo del MTOP por la conclusión de ese proyecto fue evidente. No así, demostró su afán por otro. En el 2018, suscribió un contrato con la empresa pública UCUENCA para los estudios del nuevo acceso sur, sin ninguna participación local. ¿Qué motivos operaron para postergar unos estudios y privilegiar otros? La estrategia para no invertir en Azuay ha sido dejar análisis inconclusos, argumentando la inejecución de obras viales por ese motivo. Y tal parece que ese fue el modus operandi de los gobiernos anteriores. El ministro Cabrera, en una entrevista radial del 7 de agosto, reconoció que los estudios habían estado escondidos en unas de las oficinas del MTOP.

El centralismo de esta cartera de Estado no solo se ha manifestado en el manejo de las inversiones, sino en las planificaciones donde los intereses de señalados ministros determinan los proyectos a realizarse. Así fue como se impuso el estudio del nuevo acceso sur. El diseño presenta varias falencias. Las inundaciones producidas por la intensa época lluviosa de este año, ponen en duda la validez del trazado y los estudios hidrológicos realizados. De repetirse el período lluvioso (factible con el cambio climático) se inundaría toda la zona de Tarqui y Cumbe. Las estructuras construidas funcionarían como diques, impidiendo y demorando el drenaje, afectando a las zonas circundantes.

Es impostergable que revisen los costos. Son excesivos. El precio por cada km es de USD 14 millones, resultando el costo total de la obra en USD 200 millones. Hay indicios de corrupción en el manejo del proceso de convocatoria y concesión, cuya etapa preparatoria se realizó fungiendo como viceministro y luego como ministro el Ing. Aurelio Hidalgo, primo del Ing. Alberto Hidalgo, alto ejecutivo de la compañía Hidalgo&Hidalgo (quien tiene sentencia ejecutoriada de 8 años por cohecho en contratos con el MTOP) motivo para pensar que desde el inicio, los estudios estuvieron direccionados para favorecer a la compañía mencionada. Hay que recalcar que en el concurso se presentó un solo oferente. Sí, adivinaron: Hidalgo&Hidalgo, a la que se le asignó la concesión, lo que corrompe el sentido de ser de un concurso.

Por todas estas razones, el ministro Cabrera debe declarar desierta la adjudicación de la concesión y ordenar la revisión exhaustiva del proyecto. (O)