Nuestra UDA

José Chalco Salgado

En la vida ¿qué es nuestro? ¿a qué podemos sentir nuestra? ¿qué llamamos nuestra? ¿En dónde se encuentra la fortaleza de decirla nuestra?

No hay duda. Lo que sea nuestra o podamos sentirla así, es porque tiene una profunda comprensión íntima, sensible y del ser, yo diría del alma. No es una visión utilitaria, de cálculo, egoísmo, violencia o patrimonio. Al contrario, ya está claro -como se suele decir- que en la vida nada nos pertenece. De acuerdo. Pero sí son nuestras las emociones, los sentidos, las ilusiones, el esfuerzo, el estudio, el trabajo y los sueños. Aquello, claro que nos pertenece. Claro que es nuestro.

Lo que es nuestro rebasa la definición estrictamente artificial para ubicarse en lo vivencial y armónico de cada día. De la mirada con la que empezamos la mañana y las ilusiones y utopías con las que vivimos intensamente una nueva jornada.

Así, por ejemplo, es nuestra el alma, el espíritu de alegría y respeto, lo que uno siente, lo que uno cuida, lo que es motor del día a día, lo que se lleva mi pensamiento. Es nuestra la ilusión para levantarse, salir, empezar y volver a empezar, mirar lo que amamos, transformarlo en el tiempo y defenderlo. Sí. Transformarla y defenderla para su razón y sentido.

Eso es nuestra. Lo que llevamos tan dentro como parte del hogar mismo. Lo que nos inspira tanto como el progreso íntegro y horizontal de los que amamos. Lo que nos entrega alegría y vida. Es nuestra lo que se vive con el alma. Lo que nos enciende para esforzarnos un día más. Lo que no puede quedar en un estado paralizante y aún menos del ayer.

Entonces, para quienes estudiamos, trabajamos y servimos a la sociedad desde la admirada Universidad del Azuay, sabemos su camino y destino, sabemos que es: nuestra UDA porque la vivimos, porque la defendemos y respetamos, porque la sentimos con el alma. (O)